viernes, 3 de junio de 2011

Un fallo con trampa

La Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la orden de extracción “con o sin consentimiento” de muestras de sangre, saliva o cabello a los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble.

Sin embargo, la Camara resolvió limitar la comparación de los perfiles de ADN según la supuesta fecha de “adopción” de Marcela y Felipe. Pablo Llonto, abogado querellante, se refirió a las limitaciones del fallo.

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Silvio Rodriguez - La Rabia (Días y Flores)





La única lucha que se pierde es la que se transforma

Alfredo Grande (APE).

“En el amor siempre hay dolor. Pero en el dolor, no siempre hay amor. ¿Por qué entonces sigo sintiendo dolor y amor? (aforismo implicado)
 
 
 
Nada se pierde. Todo se transforma. Lavoisier derrapa de la química inorgánica al espacio institucional. También la subjetividad se transforma, y parece nomás que tampoco es cierto que el pueblo, todo el pueblo o el pequeño pueblo que es cada sujeto, nunca se equivoque. Nos equivocamos y a veces acertamos simplemente porque nos equivocamos dos veces y un error compensa al otro. Desde abril del 2003 me pregunto en qué me equivoqué. Si yo decidí retirarme de la Universidad Madres de Plaza de Mayo si las Madres seguían sosteniendo ese proyecto, y como siempre durante toda su heroica lucha, no daban ni un paso atrás, mi salida por la puerta grande pero sin la grandeza de un grande, solamente podía responsabilizar a mis equivocaciones. En los metros que separaban el aula principal (no recuerdo si la llamábamos aula magna) en la cual escuché los hermosos discursos de Vicente Zito Lema, de Osvaldo Bayer y de Hebe, hasta la puerta que para mí era de salida, de una salida que supe siempre no tenía retorno porque yo tampoco daría ni un solo paso atrás, comprobé que la amargura, la tristeza, el dolor, el desconcierto y la bronca, logran que un centímetro sea un metro y que varios metros parezcan kilómetros. Caminaba como en cámara lenta, y la puerta se alejaba cuanto más caminaba. Pero no como el horizonte de la utopía que en su alejamiento ayuda a caminar, como señala Galeano, sino como el alejamiento de un palacio de arena que se escapa entre los dedos. El Palacio de las Madres invictas, le había escuchado decir a Bayer. Yo, uno de los tantos derrotados de la asamblea de docentes, alumnos y Madres en abril del 2003. En esa distancia donde la eternidad dejaba su marca en la tierra, la inauguración de la Universidad en el año 2000 apareció no en mi memoria, porque de ese lugar nunca se había ido, sino que apareció en mi mirada. El primer piso con gente que se derramaba por la empinada escalera hasta la vereda. Y yo, junto a los docentes, a Hebe, a Vicente, pensando que toda mi vida había luchado, había peleado y había esperado estar en ese lugar. Pero el pequeño pueblo que es cada sujeto también se equivoca. Mis clases eran tan alegres como alegres siempre fueron las Madres. Mi ritmo de trabajo cambió totalmente, ya que dedicaba tres y a veces 4 días por semana a la Universidad. Y cuando no iba, la extrañaba. Imposible no extrañar a una universidad de lucha y resistencia, que desde su profecía fundadora enfrentaba los determinantes represores de las academias tanto estatales como privadas. Ninguna luz cegadora tolera sombras. La valentía, el entusiasmo, la generosidad, la ideología combativa de todas las Madres, deslumbraban y alumbraban. Parecía que nunca habría tanta agua que pudiera apagar ese fuego. Y no se apagó. Pero un viento colosal cambió la dirección. Y como si fuéramos niños que están danzando alrededor de una fogata, las llamaradas inesperadas se abalanzaron sobre nosotros. Al menos, sobre muchos de nosotros. El Primer Congreso sobre Salud Mental y Derechos Humanos organizado durante el 2002, fue un poderoso analizador de lo diferente y de lo incompatible en la Universidad. Sigo caminando, la puerta parece que es una luna que rueda por Callao, y yo un loco con la cabeza como un melón. En ese Primer Congreso, estuve en el Comité Organizador, presenté mi segundo libro, colaboré en la presentación del libro sobre las fábricas recuperadas, el primero sobre ese tema y que fue editado por Topía. Además, coordiné y participé de cuatro mesas. Sin embargo, cuando se entregó en el Segundo Congreso las memorias del Primero, yo no estaba mencionado. El dolor de ya no ser, aunque sin la vergüenza de haber sido. Cuando Vicente Zito Lema se aleja de la Dirección Académica, el palacio estalló en llamas. Yo llegué a la Universidad invitado por él, y no dudé de que debía retirarme. Dudé solamente en cuándo era el momento más digno para hacerlo. Sabía que necesitaba irme, pero también sabía que no pensaba huir. La fundación de la Universidad en el 2000 fue el momento fundante de los sueños compartidos. Los sueños partidos, quebrados, asolaron los meses de febrero, marzo y abril del 2003. En la última asamblea que participé, con la presencia de las Madres, no fueron pocos los que acusaron a Vicente de traidor. Justamente él, que en el exilio había escrito el oratorio Mater. Justamente él, que participó en una mesa redonda junto a Hebe, a Sergio Shoklender cuyo eje fue la caída de las torres gemelas en Nueva York. En ese momento, la polémica estalló. Recuerdo una nota del periodista Horacio Verbitsky: “La alegría de la muerte”, donde fustigaba a los participantes en esa mesa y por añadidura a la Universidad por un supuesto jolgorio por el ataque terrorista. Fue el final del suplemento de la Universidad que Página 12 publicaba todos los viernes. El último artículo que, ya diagramado, nunca se publicó era de mi autoría: “Los enemigos del Pueblo”, que al menos se puede bajar todavía por Internet. Intenté y creo haber logrado, mostrar que no era la muerte la que generaba alegría en las Madres. Ese tormentoso 2001 terminó por ahuyentar a lo que hoy denomino los “retroprogresistas”. La Universidad se consolidaba como un colectivo revolucionario, anti capitalisa y anti imperialista. La luz cegadora deslumbraba y alumbraba la lucha contra las políticas liberales de Menem, De la Rúa y Duhalde. Sueños y alegrías compartidos. Los verdaderos, los fundantes. Esas imágenes seguían delante de mis ojos, mientras me acercaba a una puerta que se negaba a quedarse quieta. Pero luego de la renuncia de Vicente Zito Lema, solamente quedaron las pesadillas. El comienzo del 2003 marca la ruptura, porque la confianza en la gestión administrativa de Sergio estaba totalmente quebrada. Pero los cristales nunca se rompen sin dejar algunas astillas colgando. Cuando Sergio me contó que iba a cambiar el logo de la Universidad, la cantidad de carreras que pensaba crear, le pregunté si quería hacer una especie de UADE de los derechos humanos. Me dijo que sí. Hubo tantas discusiones, peleas, que prefiero olvidarme, aunque en verdad, no puedo olvidarme. Comprobé que era cierto que “un solo traidor puede más que mil valientes” ¿Pero quién decide quién es traidor y quién es leal? Los dioses de una época son los demonios de la siguiente, dicen los antropólogos. Yo, intentando llegar a esa puerta que me parecía imposible de alcanzar, me había convertido en un demonio para las Madres. Y mientras esa sensación cada vez era más insoportable, me encontré en la plaza de los dos congresos, escuchando gritos, mirando sin ver a otros y otras que también se iban y ahogado en la sombría tristeza de esa despedida sin sabor a miel, me preguntaba cuántos años tendrían que pasar para poder por lo menos escribir algo sobre las luchas que sólo se pierden cuando se transforman.

Fuente imagen: APE

Condena al policía que asesinó a Diego Bonefoi

Dos semana después de comenzado en San Carlos de Bariloche el juicio oral y público por el asesinato del joven, se conoció la sentencia al policía Sergio Colombil, autor del disparo que provocó la muerte de Diego.

Oscar Chavez, periodista de Gente de Radio de San Carlos de Bariloche, comparte repercusiones de la sentencia.

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Informativo Latinoamericano Púlsar 02/06/2011

El Frente de Resistencia exige castigo por los crímenes del golpismo. Miles de estudiantes chilenos marchan contra privatización de la educación. Instituto de Medio Ambiente autoriza instalación de usina de Belo Monte.

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“La consigna es el juicio a los beneficiarios del genocidio”

La lucha por el juicio y castigo por los crímenes cometidos durante la última dictadura militar en la Argentina ha iniciado un nuevo recorrido que extiende el reclamo y señala la responsabilidad de los civiles cómplices del terrorismo de Estado. Trabajadores y delegados de la década del 70 impulsan esta exigencia y afirman en diálogo con ANRed: “Queremos que se diga ‘genocidio’ y que se condene a los beneficiarios”. Desde este espacio además se promueve la difusión de un documental, Buscamos vida, y se organizan charlas debate en distintas ciudades como “una oportunidad para la denuncia y la vinculación personal”.




“Mi objetivo para cumplir con la sangre de mis compañeros es llegar al fondo de la cuestión”. Con estas palabras Hugo Crosatto expresa el motivo por el cual trabajadores y delegados de la década del 70 se están organizando para pedir el juicio y castigo a los cómplices civiles de la última dictadura militar argentina.

Julio Dalessandro agrega: “Querían descabezar al movimiento obrero, parar la organización que se venía”. Ambos hablan desde la experiencia y por los compañeros que no están. Mercedes Benz, fábrica en la que los dos trabajadores cumplían sus jornadas laborales, fue una de las tantas empresas que promovió y luego se benefició con el golpe de Estado de 1976.

Desde septiembre de 1975, los jefes militares acordaron la implementación de un modelo económico neoliberal y, en consecuencia, definieron una estrategia clandestina que neutralizara y exterminara físicamente a los integrantes de las organizaciones guerrilleras, del sindicalismo combativo, de las organizaciones populares, del cristianismo de base y a los potenciales opositores. Lo que imperó fue un plan de aniquilamiento: secuestros, torturas, asesinatos, desapariciones. “¿Quién no sabe que las fuerzas armadas son el brazo armado del capitalismo?”, pregunta retóricamente Hugo.

Empresas y entidades bancarias fueron colaboracionistas del terrorismo de Estado y, además, se beneficiaron estatizando su deuda privada. Entre ellas se puede citar a Banco Río, Banco de Italia, Banco de Galicia, City Bank, Banco Francés, Banco de Crédito Argentino, Banco Comercial del Norte, Banco de Londres, Banco Tornquist, Banco Español, Banco de Quilmes, Banco Sudameris, Banco de Crédito Rural, First National Bank Boston, Deutsche Bank, Banco Roberts, Banco General de Negocios, Banco Shaw, Banco Superville, Bank of America, Chase Manhattan Bank, Acindar SA, Alianza Naviera Argentina, Alto Paraná SA, Autopistas Urbanas SA, Celulosa Argentina SA, Cogasco SA, Propulsora Siderurgica, Ford, Fiat, Mercedes Benz, Establecimiento Las Marías, Grupo Clarín, Ledesma, Alimentaria San Luis Astilleros, Alianza SA de Construcción, Continental Illinois National Bank, Cemento NOA, Cía General Fabril Financiera, Deere and Company, Deminex Argentina, ESSO, Industrias Metalúrgicas Pescarmona, La Penice SA, Loma Negra, Masuh SA, Manufacturas Hanover Trust, Macrosa, Pirelli, Selva Oil Incorporated, Sideco Argentina, Petroquímica Comodoro Rivadavia, Panedile Argentina, entre otras. “La consigna es el juicio a los beneficiarios del genocidio, que son los que lo impulsaron”, señala Hugo, mientras Julio reafirma: “Los mismos que mataron a los compañeros son los que después se van a beneficiar con el golpe”.

Julio relata que “en las fábricas se hacían listas de los sectores que querían un cambio, de los sectores que estaban por el socialismo. Acindar, Mercedes, Ford, por todos lados. Listas de comisiones internas, delegados, activistas, listas con los nombres de los compañeros que secuestraron o desaparecieron”. Esta persecución, recalca, no comenzó con la dictadura militar. “En los juicios estamos presentando esto: que empezó en el 73, y que la represión comenzó en el 74” y continúa: “A cada policía le daban 8 veces más que el salario del obrero más calificado, como si fuera un trabajador. Eso lo hicieron hasta el 75, hasta el decreto que dice que había que aniquilar a la subversión. Ahí comienza el financiamiento a través de López Rega y del Ministerio de Desarrollo Social, pero hasta ese momento financian las empresas”.

Pero además las industrias y compañías cumplieron un rol fundamental como protagonistas activos en la represión. Hugo cita como ejemplo el apagón en el Ingenio Ledesma en Jujuy: el 27 de julio de 1976 se cortó el suministro eléctrico en todo el departamento y fuerzas represivas y capataces del ingenio allanaron viviendas. En vehículos de la empresa Ledesma fueron trasladadas más de 400 personas a los galpones de la firma azucarera. Tras torturas e interrogatorios, algunos fueron liberados, mientras que otros fueron enviados a comisarías, cuarteles militares o a cárceles de distintas provincias. Treinta personas permanecen desaparecidas. “¿Más pruebas que esas querés?”, afirma Hugo. Julio sostiene que dentro de Ford “funcionó un centro de detención y tortura. Durante los horarios de trabajo, para aumentar la producción, los llevaban, los torturaban. Después los metieron presos”. “Por eso nosotros queremos, primero, que se diga ‘genocidio’” -asevera Hugo- “y segundo que se condene a los beneficiarios”.

“Con el golpe militar,
las empresas se hincharon el pecho”

El historiador Leónidas Ceruti señala que “Los empresarios estaban atemorizados por el poder creciente de las comisiones internas y cuerpos de delegados dentro de las fábricas y por la situación económica que combinaba control de precios y alta inflación. A mediados de 1975, en una reunión privada con Videla, sugirieron que las Fuerzas Armadas asumieran el poder. El compromiso que tomaron los principales empresarios fue que uno de ellos, José Alfredo Martínez de Hoz, fuera el responsable de la gestión económica del nuevo gobierno militar. Los sectores con poder económico resolvían así sus dos problemas principales: ellos arreglarían las finanzas del país, mientras los militares ponían orden eliminando a la subversión. Los medios de comunicación mayoritarios también apoyaron el golpe.

“El golpe militar del 24 de marzo de 1976 fue clara y contundentemente contra la clase obrera y los trabajadores, para restaurar el orden en la producción, desarticular las distintas formas de organización obrera e imponer un plan económico de distribución contra el proletariado.

“Desde 1969, en distintas zonas industriales se fueron dando formas organizativas democráticas, con gran participación de las bases obreras que establecieron con el tiempo profundas relaciones interfabriles, con innumerables contactos regionales y nacionales. A esto se sumó la intensificación de las relaciones y debates al interior de las fábricas, entre fábricas, y de las zonas industriales a los barrios obreros.

Para frenar ese desarrollo en ascenso, el principal objetivo de la dictadura militar fue destruir y paralizar toda esa organización que se venía gestando en la clase obrera, el pueblo y las organizaciones populares”.

En este sentido, rescatamos la historia de Hugo como trabajador de Mercedes Benz ya que la misma es reflejo, en mayor o menor medida, de experiencias similares a la de otros obreros, quienes también eligieron como espacio de militancia su lugar de trabajo.


Crosatto ingresó en Mercedes Benz en 1971. En un principio era independiente, no estaba en ningún partido político y era crítico del Justicialismo. Sin embargo al comenzar a “sufrir en carne propia el sistema de producción, de explotación, de presión”, empezó a interiorizarse en el sindicalismo. Relata que “el año 71 era una época muy politizada. En la fábrica había montoneros, Partido Comunista Revolucionario, Partido Comunista, Partido Conservador, Justicialistas, Radicales, Partido Socialista y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Yo me incliné por el PRT porque fue el partido que planteaba seriamente la toma del poder”. De este modo, empezó a conectarse con los compañeros que pensaran lo mismo aunque no era necesario que fueran afines al PRT: “Lo importante era que se definieran antiburocráticos, antiimperialistas y que tuvieran una visión del clasismo como deberían tener lo trabajadores”, afirma.

Rememorando, Hugo sostiene que “veíamos que nuestros compañeros rechazaban los panfletos porque eran infinidad. Entonces todos los días había una visión distinta, una forma de combatir al capital distinta y eso los abrumaba. Además algunos los ponían en el compromiso de que tenían que fijar posición. Entonces dijimos ‘vamos a entrar independientemente’.”

El PRT colaboró con la impresión del material y se realizó un primer volante firmado como “Cuerpo de Representantes Obreros y Empleados de Mercedes Benz de la Argentina”. Al día siguiente, “nos acercábamos y les preguntábamos a los compañeros ‘qué estás leyendo, quién lo firma, qué te parece’. Y nos decían que estaba bien pero que además tendrían que haber afirmado tal cosa. Así, nuestros propios compañeros nos daban la letra para el segundo”, recuerda.

En 1973 ganan la Comisión Interna a José Rodríguez, quien era el líder del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata). “En la Comisión Interna la mayoría eran justicialistas, de la Juventud Peronista. Para mediados del 74 ya nos habíamos quedado sin Comisión Interna, un poco por presión, un poco por amenazas, también por indemnizaciones, entonces el sindicato nos puso dos interventores”.

Llegado el 75, comienzan las negociaciones paritarias. La empresa despide, en complicidad con el gremio, a la Comisión Paritaria que los trabajadores habían elegido para llevar adelante la discusión salarial y comienza la misma de espaldas a los obreros.

24/10/1975: Comunicado de los trabajadores de Mercedes Benz luego de realizar una asamblea. Allí reafirmaron su decisión de "seguir firmes en la lucha".
 

Pero el 75 era un año convulsionado y “veníamos con esa vorágine, con esa efervescencia dentro de la planta. Había un punto que era muy importante: el de la recategorización, punto que había comenzado aquella comisión que despidieron y que había quedado estancado. Comenzamos con baja de productividad y trabajo a desgano. El 8 de octubre realizamos una asamblea y nombramos nueve representantes, entre los cuales estaba yo. Comenzamos a discutir con el gremio, nos dicen que no nos respaldan y no van a reconocer a esa comisión. La asamblea decidió darle otra oportunidad al gremio. Hicimos una nueva asamblea al día siguiente en la playa de estacionamiento. Estábamos esperando a que viniera el gremio cuando llega un compañero y nos dice que en la ruta 3 venían los del sindicato y le dispararon”, rememora Crosatto.

Los trabajadores continuaron con la lucha que tuvo su correlato por parte de la patronal con 117 telegramas de despido. A los cesanteados se les negó el ingreso a la planta pero contaban con el respaldo de sus compañeros. Se continuó con la huelga y desde otras fábricas expresaron su solidaridad, también los comercios de González Catan y Cañuelas bajaron las persianas. Hubo actos y manifestaciones frente al Ministerio de Trabajo y a la Casa Central de Mercedes Benz. Así lograron la reincorporación de los despedidos y el reconocimiento de la Comisión Interna. “Como comisión hicimos la recategorización del personal y se cobró con retroactividad al año 74. Obligamos a la empresa a que diera barbijos y leche para los sectores que podían estar afectados por el Saturnismo; bajamos el horario de tratamientos térmicos; de 8 a 6 horas; el personal tercerizado pasó a planta permanente, también los del comedor; los obligamos a realizar los estudios de salud completo, entre otras reivindicaciones”, señala Hugo. “Como comisión funcionamos hasta mayo del ‘76. Con el golpe militar, todas las empresas se hincharon el pecho. Se había acabado la actividad gremial, afirma.

Respecto al papel del sindicato, como quien diría, para muestra basta un botón: “El 4 de Noviembre de 1975, SMATA saca una solicitada, firmada por Rodríguez, que decía que Mercedes Benz era una cueva de subversivos, que la Comisión Interna era apadrinada por la subversión. Eso, en épocas de la Triple A, era una condena a muerte”, reflexiona Hugo y continúa: “Yo fui, con otros compañeros, a SMATA. Y nos dijeron: ‘Así como a ustedes los apoya la izquierda, a nosotros nos apoya la derecha. Si yo levanto el teléfono, ustedes mañana son boleta’. Nosotros seguimos y como represalia el gremio nos sacó la cobertura social. Así sufrimos la perdida del embarazo de una compañera o le negaron el cambio de un marcapasos a un compañero”.

4/11/1975: Solicitada de SMATA en la cual se sostiene que el conflicto en Mercedes Benz es "artificialmente promovido por los agentes del caos y la subversión"
 

En abril del 76, los militares entran a la fábrica y se llevan a un obrero de su puesto de trabajo: “Lo primero que hacemos es ir a la oficina de la patronal y hacerlos responsables por la vida del compañero. Ellos lo niegan; les decimos que como empresa privada tenían toda la autoridad como para negar el ingreso a personal ajeno y salimos a buscarlo. Fuimos a las comisarías de González Catan, Cañuelas, San Justo; después fuimos al Regimiento 3 de La Matanza. Ahí nos atendió un coronel a cargo que nos dijo que ‘De ninguna manera, no hay orden por parte del gobierno de levantar a ningún trabajador’. Organizamos una manifestación al Regimiento, vamos 700, 800 compañeros. A los cinco, seis días, lo pudimos recuperar”.

Hugo asevera que esa debería haber sido “la actitud que tendríamos que haber tomado todos, todas las capas sociales de la Argentina y sobretodo los medios de comunicación. La cosa fue paulatinamente descendiendo. Yo tuve que dejar la fábrica. A los demás los fueron a buscar al domicilio. Cuando vos dejas que toquen a uno, después se llevan a uno más. Y llegaron a ser 14. Todos fueron a Campo de Mayo y desaparecieron por ser ‘irrecuperables’.Mercedes Benz siempre estuvo ligada al clasismo y teníamos como referente a Agustín Tosco. No nos iban a corregir, para mal de ellos y bien de nosotros. Y eso es lo que les molestaba”.

Entre las pruebas que están juntando los trabajadores para poder presentar ante el poder judicial, Hugo tiene una lista de enero de 1974 “hecha por mi jefe de sector. Una lista de 9 compañeros, encabezada por mí. Tenemos la suerte de no estar desaparecidos. Yo creo que como se notaron que faltó la lista habrán dicho ‘no nos pongamos en evidencia’. Al día de hoy pienso en cómo hice para zafar”.

Como reflexión final, Hugo piensa y asegura que hoy “hay que concientizar al trabajador. Nosotros decíamos: ‘Compañeros, estos tipos tienen personas a las que le pagan un salario por 8 horas al día para explotarlos mejor. Entonces nosotros tenemos que estar esas 8 horas por día pensando cómo rebatimos eso’. Hay que combatirlo permanentemente, no podés darles un centímetro de ventaja porque te pasan por arriba. Yo quiero que los trabajadores piensen en sus pares y no haya egoísmos. Tenemos que entender que a las empresas las manejan los trabajadores, obreros y empleados, por eso es necesario que las dos partes estén unidas y así encontrar juntos los caminos para luchar con más fuerza. No puede ser que un compañero porque le dan un manguito más mire por arriba del hombro a otro y se crea que es un ser superior. Porque el egoísmo es la diferencia planteada por la burguesía capitalista para dividirnos. Los trabajadores no pueden ser egoístas, tienen que ser solidarios.

“Buscamos vida”

Junto al pedido de juicio y castigo a los ideólogos civiles del golpe militar, los trabajadores de los 70 están elaborando un documental, cuya dirección está a cargo de Aldo Getino.

En este sentido, Julio sintetiza que el espacio que están conformando tiene dos líneas principales de acción: “Lo que se pretende es, por un lado, llevar a las empresas, o al menos de las que más pruebas tenemos, a juicio con fallo técnico, o sea que se los juzgue. Y, por otro lado, estamos difundiendo un documental ‘Buscamos Vida’, con testimonios directos. Estamos diciendo cómo fue todo, antes del 76, quién lo organizó, quién lo ejecutó, quién se benefició. El documental va a terminar con nosotros, con los obreros, llevando pruebas al Juzgado de San Martín, donde duermen los juicios, y les vamos a decir: ‘Estos son los asesinos, estas son las pruebas. Nosotros somos testimonio directo y queremos participar de los juicios’.”

El documental se llama Buscamos Vida porque hay 200 casos de hijos apropiados en Campo de Mayo, el mayor centro de exterminio de la Argentina. “Quedan 40 personas vivas de 5000”, sostiene Julio, a lo cual Hugo agrega: Mercedes Benz donó dos aparatos de neonatología al Hospital de Campo de Mayo. Ahí nuestras compañeras parían, se apropiaban de sus hijos y después las mataban”. Y continúa: “Buscamos Vida es la historia contada por los protagonistas de todas las empresas. Necesitamos que los compañeros escuchen y vengan a dar testimonio o a dar apoyo, no necesariamente tienen que saber algo, pero para que estén con nosotros”.

De esta manera, los trabajadores han iniciado ciclos de debate en distintas ciudades para difundir tanto el pedido de juicio y castigo como el documental, pero también como “una oportunidad para la denuncia y la vinculación personal”. “Nosotros queremos contar la historia”, remarcan tanto Hugo como Julio y de ahí la necesidad de seguir contactándose con otros activistas y delegados de la década del 70. Durante esta semana los encuentros serán en la provincia de Santa Fe y luego se extenderán a otras provincias.

Por último, Hugo afirma: “Yo sé que dentro del sistema capitalista no los voy a ver entre rejas y además te los entregan cuando tienen 90 años. Pero si nosotros como sociedad fuéramos funcionales a los hechos que se dan, cuando un tipo es condenado, toda la sociedad tiene que acompañar, que no pueda entrar a un bar a tomar un café. Tiene que haber condena social”




“Aborto Legal, Seguro y Gratuíto”

En el marco del dìa Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, se realizó en la plaza de los dos Congresos un festival para reclamar que se sancione el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Marta Alanis, de la Asociaciòn Católica por el Derecho a Decidir, comenta acerca del debate de este tema.

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jueves, 2 de junio de 2011

Actualización de la cobertura: Asignación Universal por Hijo para la Protección Social (AUH) y Asignación Universal por embarazo (AUE)

Claudio Lozano (IPYPP)

En este material, actualizado según información proveniente de los ministerios de Trabajo y Desarrollo Social, demostramos que:

• 3.342.829 pibes no reciben nada.

• 4.046.985 pibes están excluidos del derecho a una asignación familiar

• 5.376.985 pibes están afuera de la asignación “universal” y familiar del sistema nacional.

• Se han dado de baja más de 600.000 becas educativas.

• La meta propuesta por AUE continuaría dejando sin cobertura a 581.427 mujeres embarazadas

Ver aquí informe completo (en PDF): http://www.divshare.com/download/14999902-780

Transnacionales con poder de veto

Las empresas de capital transnacional tienen cada vez mayor incidencia en la economía de la Argentina. De las 500 corporaciones económicas del país, 297 son extranjeras. Fueron (y lo siguen siendo) las principales beneficiarias del modelo actual.

El lic. Martín Schorr, investigador del Conicet y de flacso, explica el alcance de la situación en la coyuntura actual.

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Nuevas denuncias por delitos ambientales en el Riachuelo - Matanza cuando la corte evalúa el saneamiento de esa cuenca hídrica

(AW) Miembros del MTE, Fundaciones la Alameda y Che Pibe se movilizaron hoy al Palacio de Tribunales para efectuar una denuncia contra varias empresas que arrojan contaminantes a la Cuenca Matanza Riachuelo que afectan a vecinos de Villa Fiorito y Villa Caraza.
 
Nota con audio


La columna llego a Talcahuano 550, y realizo un acto donde se manifestó el repudio a la contaminación ambiental que hacen las empresas denunciadas y las consecuencias que sufren los vecinos. Entre los oradores participaron Diego López (MTE - Barrio Acuba); el Polaco (Miembro del MTE); Marcelo Soto (Barrio 10 de Enero); Sergio (Fundación Che Pibe); Sergio Sanchez (MTE - Vecino de Villa Fiorito); Aimara (Barrio "Campo Tongui" 17 de Noviembre); Gustavo Vera (Fundación La alameda), Brian (Nene de la Fundación Che Pibe - Villa Fiorito)  y Juan Grabois (MTE).

Se recuerda que el pedido se hizo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el Juez Federal de Quilmes en momentos que se llevaba a cabo la Audiencia (4º piso -Sala de Audiencias) por el saneamiento de la cuenca Riachuelo Matanza, fallo "Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios -Daños derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza Riachuelo".

El escrito entregado indica: "En el carácter invocado venimos a formular denuncia por los delitos previstos y reprimidos en los arts. 55 de la ley 24.051, 205 y 248 del Código Penal de la Nación en concurso real entre sí (art. 55 C.P.), contra los directivos de las empresas SADESA SA (cueros, factura más de 1000 millones de pesos al año), CONTE TODO SA (residuos peligrosos), CAIMLO FERRON SA (agroindustrial), contra el titular de la División Delitos Ecológicos de la Policía Federal Argentina y de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, contra el titular de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo, contra el intendente de Lomas de Zamora, contra el intendente de Lanús y contra el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, como aquellas autoridades que pudieran ser responsables en carácter de autor, cómplice o encubridor por los hechos que a continuación se describen. Asimismo esta acción persigue que se obligue a los denunciados a que cesen de contaminar el ambiente de la Cuenca Matanza Riachuelo y de infringir las normas tendientes a la evitación de una epidemia, poniendo en peligro la salud pública mediante el mantenimiento de caños vertedores de desechos industriales...".

Tras el acto una comisión integrada por Juan Grabois, Diego López y Gustavo Vera pudo ingresar hasta el (4to. Piso) despacho del Ministro de la corte suprema Ricardo Lorenzetti y dejar a la secretaria dos copias de la denuncia con videos testimoniales.

A la salida, una vez comunicado lo sucedido se dio por finalizado el acto con la advertencia de volver a manifestar sino se atiende al reclamo.


Algunos datos

Según informes de asociaciones ecologistas nacionales, extranjeras, y aun del propio estado argentino, indican que es uno de los ríos más contaminados del mundo. La contaminación de la cuenca Matanza Riachuelo alcanza niveles críticos en los cursos medio y bajo del río, que trae consecuencias directas sobre la salud y la calidad de vida de los habitantes de la zona. El abandono, la desidia o la imprudencia convirtieron al río y a esta zona en un símbolo de injusticia ambiental. Afecta a más de 5 millones de habitantes en su recorrido que atraviesa 14 municipios junto a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Se alerto más del peligro a partir de la demanda interpuesta por un grupo de vecinos en el 2004 contra el Estado Nacional, la Provincia de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y casi medio centenar de empresas por los daños y perjuicios ocasionados por contaminación del Riachuelo. Es así que en el 2006, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se declaró competente en la causa e intimó a los demandados a que presenten un plan de saneamiento de la cuenca. Tras esto en julio de 2008, la CSJN dicto sentencia y ordenó a los tres Estados demandados a sanear el Riachuelo. Desde distintas Ongs se recomendó planificar acciones progresivas con producción limpia con el fin de recomponer el ambiente de la cuenca a niveles de contaminación con vertido de fluentes a cero. (Foto - Audio - Informe Americo Balbuena)

 


Escuchar audio de Juan Martin Carpenco (Movimiento de Trabajadores Excluidos - MTE)



Escuchar audio del acto frente al Palacio de Tribunales






Informativo Púlsar 01/06/2011

Manuel Zelaya: “El Golpe fue realizado por la derecha estadounidense”. Comuneros de Puno suspendieron el paro por 7 días en Perú. Humala abogó por defender la democracia del plan “dictatorial fujimorista”.

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miércoles, 1 de junio de 2011

INFORME ESPECIAL: El mayo caliente del 69

Los antecedentes del “Mayo del 69” parten de sucesivos golpes de Estado, de represiones como la “Noche de los Bastones Largos” y de la connivencia entre un sector del sindicalismo y los militares. Pero en los últimos años de la década del ’60 comienza otra etapa para los obreros y estudiantes en lucha: no sólo se conforma la CGT de los Argentinos sino que la calle se convierte en un espacio de protesta y de levantamiento popular. Así lo demuestra la historia al rememorar el Correntinazo, el Rosariazo y el Cordobazo. Por Leónidas Ceruti.




Cielito cielo que sí
cielo del sesenta y nueve
con el arriba nervioso
y el abajo que se mueve

Párrafo de “Cielo del 69” de Mario Benedetti

1.- Un mundo convulsionado

Los conflictos a nivel mundial crecieron en los años 60 y 70, afectando a los países capitalistas desarrollados y dependientes, con manifestaciones veladas en los socialistas, como la Unión Soviética, o más claras en Checoslovaquia y Polonia.

En esos años se vivieron la Revolución Cubana, el Mayo francés, el asesinato del Che Guevara, el otoño caliente del 69 en Italia, la Guerra de Vietnam, las luchas por los derechos civiles en EEUU, y el surgimiento de la nueva izquierda en varios países. Nació una contracultura en las artes, las letras, la música, la vida cotidiana, la sexualidad, la vestimenta, las costumbres.

2.- Golpes, proscripciones y democracia restringida

La etapa entre 1955 y 1966, se abrió y cerró con un golpe militar, donde se dieron restauraciones “democráticas” con proscripciones, momentos de violencia y otros de consenso pasivo. Fue un periodo de crisis del sistema, de la democracia parlamentaria, de la representación política y un estado deliberativo en las Fuerzas Armadas. Se evidenció una mayor presencia de las inversiones extranjeras, progresivo control de la economía por los monopolios internacionales, polarización de las fuerzas sociales y se intensificó la conflictividad social.

Así se sucedieron el golpe militar del 55, la Revolución Fusiladora, proscripción y persecución del peronismo, resistencia del pueblo, pacto Perón-Frondizi, gobierno desarrollista, Plan Conintes de represión al movimiento obrero, nuevo golpe militar, democracia restringida, gobierno de Illia, y otro golpe cívico-militar en 1966.

En septiembre de 1955 el general Eduardo Lonardi asume la presidencia, respaldado por ultracatólicos y nacionalistas

3.- Un nuevo golpe de militares y civiles

Desde 1963, las relaciones entre el Ejército, el sindicalismo, los medios de prensa y el gobierno radical fueron cada vez más distantes. Entre los militares se hicieron fuertes las opiniones de conformar un gobierno que excluyendo a los partidos políticos, integrara a las FF. AA con poderosos empresarios y jerarcas sindicalistas. A su vez una campaña periodística minó el prestigio del gobierno, acusándolo de lento e ineficiente.

La prédica dió sus frutos el 28 de junio de 1966, cuando un movimiento encabezado por el Gral. Juan C. Onganía destituyó al presidente Arturo Illía. El proyecto llamado pomposamente “Revolución Argentina”, se sustentó en el desprestigio del sistema parlamentario ante los ojos de la clase obrera y de los sectores medios, que hicieron suyas las consignas lanzadas desde el gobierno “Abajo el Parlamento”, “Abajo los partidos políticos que nada solucionan”, “Adelante con la Revolución Argentina”.

A medida que el gobierno dictatorial fue avanzando en su gestión esa “revolución prometida” mostró su verdadero rostro al irse profundizando la crisis, la creciente acción represiva ante las luchas en ascenso, y se fue deteriorando más y más ese ensayo que al decir de sus impulsores “no tenía tiempos ni plazos, sino objetivos”, y esquematizaron sus metas en los llamados “tiempo económico”, “tiempo social” y “tiempo político”. En lo económico, el plan de Krieger Vasena, se proponía una transición hacia el desarrollo de la industria pesada y la infraestructura necesaria. El proyecto recibió el apoyo del FMI (stand by por 125 millones de dólares en marzo de 1967) y del gobierno de Estados Unidos. La crisis comenzó cuando no se pudieron mantener la estabilidad de los precios internos de los productos agropecuarios, que fueron en progresivo aumento. Los signos fueron inflación creciente, recesión y las economías regionales en crisis y estado terminal.

Juan Carlos Onganía, el dictador que se proponía gobernar la Argentina por cuarenta años

3.1.-La cueva bolchevique

La Universidad, que había sobresalido por la excelencia académica y las investigaciones, fue acusada por la politización de los claustros de profesores y estudiantes, el excesivo presupuesto, y fue bautizada como “la cueva bolchevique”.

El viernes 29 de julio de 1966, a través del decreto ley 16912, se anulaba el gobierno tripartito y subordinaba a las autoridades de las Universidades al Ministerio de Educación. Luego vendría la “Noche de los bastones largos” con la represión para docentes y estudiantes en la Universidad de Buenos Aires. Renunciaron 1400 docentes. El interventor, Luis Botet, declaro “Hay algo que es superior a la enseñanza, a la ciencia, a la investigación, a la renuncia de 1000 profesores, ese algo es el principio de autoridad”.

En los claustros universitarios, la lucha se inició desde el mismo día de la asonada militar, y estuvo centrada en las luchas contra la intervención, el limitacionismo, la autonomía universitaria y por el gobierno tripartito. El Secretario de Prensa del gobierno nacional declaró: Se habla de un avasallamiento de la universidad, cuando lo que se quiere es salvarla del comunismo, el gobierno dispone de instrumentos legales y de fuerza para proceder y comienza a hacerlo con toda decisión, de lo que no dispone más es de paciencia. La resolución del gobierno de obrar con la energía que requiere el deber de contener el desorden que se ha provocado, lamenta las víctimas en la policía y las víctimas de los provocadores y lamenta las víctimas que vendrán, porque a partir de ahora no se admitirá ese desorden”.

"Noche de los bastones largos": desalojo y represión en la Universidad de Buenos Aires

3.2.- Buenos muchachos: Vandor, Coria, Alonso

No llamó la atención en el acto de asunción de Onganía, la asistencia de empresarios y sindicalistas, se confirmaba así el acuerdo entre las FF. AA, el poder económico y la delegación de dirigentes sindicales que estuvo integrada por Vandor, Izzeta, Taccone, Niembro y Coria, por las “62 Vandoristas”; Alonso y Cristófoli lo hicieron por las “62 de pie junto a Perón”, mientras por los llamados sindicatos independientes lo hizo Armando March.

Cuando a escasos días de su asunción, el gobierno decidió la disolución de los partidos políticos, clausurando sus locales e incautando sus bienes e intervino las Universidades, muchos se preguntaron ¿Por qué no la CGT?. Se estaba cumpliendo un compromiso, y en virtud de ello, la central obrera se negó a tomar partido en el problema universitario y apoyó sin reservas la disolución de las agrupaciones políticas.

La posterior firma del convenio de los metalúrgicos en la Casa de Gobierno fue otro símbolo de la buena relación de Vandor y algunos sindicalistas con los militares.

A pesar de ello, entre las primeras medidas tomadas por la dictadura estuvo la sanción de la ley 16.936 de “Arbitraje Obligatorio”, medida duramente criticada por los sindicalistas, ya que la misma limitaba el derecho de huelga. En febrero de 1967, la CGT intentó presionar al gobierno anunciando un plan de lucha. Los militares contraatacaron con rapidez: se denunció la existencia de un plan terrorista, se interrumpió el diálogo con la central obrera y se suspendió la personería gremial de la FOTIA, Unión Ferroviaria, UOM, FOETRA y otros sindicatos.

Los anunciados reordenamientos portuarios y ferroviarios provocaron huelgas. Se agregaron paros en General Motors, empleados de farmacia, lecheros, papeleros, textiles, metalúrgicos, transporte, portuarios, maestros, construcción. En Tucumán, los enfrentamientos de los obreros de los Ingenios azucareros, con las patronales y la política impulsada desde el gobierno llevaron a la ocupación de varias empresas, manifestaciones, y hasta choques armados, lo que originó una fuerte represión, con el asesinato de la militante Hilda Guerrero de Molinas.

La agresión hacia las conquistas históricas de la clase obrera continuó en los años venideros. Agustín Tosco las sintetizó: “retiro de personería a sindicatos, desconocimiento de las representaciones laborales en organismos del estado, imposición del arbitraje obligatorio, anulación del salario mínimo, vital y móvil, legislación contra el derecho de huelga, anulación de la ley 1884 de indemnización reduciendo sus montos a la mitad, cesantías, suspensiones, rebajas de categorías, pérdidas de salario, suspensión de la estabilidad en varias convenciones colectivas de trabajo: aumento de la edad para jubilarse y régimen de alquileres de libre contratación”.

4.-La hora de la lucha antidictatorial:
Nace la CGT de los Argentinos

El Congreso Normalizador de la CGT, citado para el 28 de marzo de 1968, fue el momento para que las distintas corrientes del sindicalismo chocaran entre sí.

Buena parte de los delegados concurrieron con un espíritu de hostilidad hacia los sindicalistas “colaboracionistas” y “participacionistas”. La CGT quedó quebrada en dos. Se retiraron tanto vandoristas como colaboracionistas, constituyendo la “CGT Azopardo”, que pasó a ser la “CGT oficialista”, mientras que el resto de los gremios conformaron la CGT de los Argentinos(CGTA) o de Paseo Colón.

Como Secretario General de la CGTA se designó a Raimundo Ongaro, y el conglomerado de fuerzas políticas, sindicales y estudiantiles que la integraron lo hicieron tras un programa antiimperialista, antimonopolista, antioligárquico y contra la dictadura militar.

Sus principios se explicitaron en el “Mensaje a los trabajadores y el pueblo - Programa del 1º de Mayo de 1968”, que pasó ha ser un documento histórico de los trabajadores argentinos, redactado por Rodolfo Walsh, mientras que Ongaro le dió los últimos retoques.

El programa se presentó en el acto por el día de los trabajadores, encabezado por Raimundo Ongaro y Agustín Tosco, en el Córdoba Sport Club. Sus principales consignas fueron “Más vale honra sin sindicatos que sindicatos sin honra” y “Unirse desde abajo y organizarse combatiendo”.

La CGTA publicó un semanario, dirigido por Rodolfo Walsh, y denominado “CGT”, editando 55 números, llegando a imprimirse un millón de ejemplares. Fue además un espacio de militancia artística como la muestra “Tucumán Arde”, las expresiones de Ricardo Carpani, o las del Grupo Cine Liberación.

Ongaro y Tosco, dirigentes claves en la lucha sindical de la época

5.- La rebeldía bajó del Norte Santafesino y Corrientes

A comienzos de 1969, con las economías regionales en crisis en distintas zonas del país, como la zona norte de la provincia de Santa Fe, con fábricas e ingenios cerrados, las organizaciones obreras y campesinas decidieron demandar a las autoridades. El 11 de abril se congregaron en número de 10.000 en Villa Ocampo, y desde esa ciudad partió la “Marcha del Hambre” hasta la capital provincial. Integraban la caravana de trabajadores desocupados o con sus fuentes de ocupación amenazadas, pequeños campesinos y comerciantes. Habían adherido a ese periplo de protesta las poblaciones de Villa Ana, La Gallareta, Tacuarendi, Las Toscas y Villa Guillermina.

Desde Santa Fe el jefe policial, coronel Duretta, dió instrucciones precisas: “Ubíquenlo a Ongaro de cualquier forma”, y reunió a 3000 policías, gendarmes y soldados. La pueblada enfrentó la represión, ocupó el edificio comunal y obligó a renunciar al intendente “porque no sirve para defender al pueblo”. Al levantamiento premonitoriamente se lo conoció como “la golondrina anunciadora” de lo que posteriormente sucedería en el país con los distintos “azos”.

Para mayo, ambas CGT acordaron un “Plan de Lucha”, que finalizaría con un paro nacional el día 30, medida que no apoyaron los colaboracionistas de Rogelio Coria. A nivel nacional, se prohibieron los actos del primero de mayo, por disposición del Jefe de la Policía Federal, Gral. Fonseca.

En la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) fue designado como rector el abogado Carlos Walker, que como primera medida ordenó la disolución de todos los centros de estudiantes. La respuesta vino de la Federación Universitaria del Nordeste (FUNE). Ante la situación presentada, los estudiantes se declararon en huelga y no permitieron el comienzo del ciclo lectivo del año 1969. Las manifestaciones estudiantiles comenzaban a tener mayor envergadura tanto en Corrientes como en Resistencia, llegando a su punto máximo en mayo, donde se sumó a la protesta la CGT de los Argentinos.

Juan José Cabral
 
Así, se llegó al 15 de mayo, cuando se realizó una marcha estudiantil multitudinaria en la ciudad de Corrientes, que fue acompañada por estudiantes secundarios, docentes, gremialistas, miembros del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y la sociedad en su conjunto, con el objetivo de protestar por los aumentos de un 400% en los precios del comedor universitario. La policía reprimió salvajemente con gases, palos, sables y disparos de armas de fuego. La columna compuesta por más de mil quinientos jóvenes se dispersó, muchos fueron heridos, otros tantos encarcelados, y fue asesinado el estudiante de cuarto año de medicina, Juan José Cabral, oriundo de Paso de Los Libres.

6.- Rosario en la lucha: el “I Rosariazo”

Luego de los acontecimientos de Corrientes, en las facultades rosarinas el clima era de tensión. Se sucedían las asambleas, y la agitación hizo que el 16 de mayo el rector Cantini resolviera suspender por tres días las clases, y sólo quedaba como lugar de reunión el comedor universitario. Allí esa noche se realizó una masiva asamblea y posteriormente una marcha por las calles céntricas. Al día siguiente, 400 estudiantes se reunieron frente al comedor universitario en Avenida Corrientes 797, entonando la consigna “Acción, acción, acción por la liberación”, lanzaron volantes e hicieron estallar algunos petardos, y se manifestaron frente al Banco Alemán Trasatlántico. Inmediatamente comenzó la represión. Un grupo de estudiantes, perseguidos por la policía, corrió por calle Corrientes hacia el sur y doblando por Córdoba, pero desde Entre Ríos aparecieron más policías disparando sus armas.

Los estudiantes y decenas de sorprendidos transeúntes quedaron encerrados. Algunos manifestantes junto a una docena de paseantes -incluidos varios niños- ingresaron a la Galería Melipal. Pero el lugar, con una sola boca de entrada y salida, hizo que otra vez estuvieran atrapados a merced de la policía. Los agentes ingresaron al edificio y reanudaron la golpiza. La gente trató de evitar como podía la lluvia de golpes: se escucharon súplicas, llantos y alaridos. En medio de la confusión sonó un disparo que provenía del arma del oficial inspector Juan Agustín Lezcano.
 
Adolfo Bello

Cuando la policía se replegó quedo en el suelo, junto a la escalera que llevaba a los pisos superiores, el cuerpo de Adolfo Bello, con la cara ensangrentada. Horas más tarde fallecía, quien era estudiante de segundo año de Ciencias Económicas.

El Ministro del Interior, Borda, expresó el mensaje de siempre tras una manifestación y la posterior represión: “Resulta así muy claro que el clima de violencia ha sido provocado por elementos de extrema izquierda y por algunos políticos, que en estos días se han mostrado particularmente activos. No ha faltado tampoco algún dirigente gremial que, interesado más en satisfacer sus ambiciones personales que en el auténtico bien de los trabajadores, intenta aprovechar las circunstancias para inducirlos a servir a sus menguados propósitos”.

Los días 18, 19 y 20 se sucedieron “actos relámpagos”, concentraciones, denuncias de testigos. Comenzó a funcionar la “olla popular” organizada por la CGT de los Argentinos y los estudiantes con el fin de suplir el cierre del comedor universitario. La unidad obrero-estudiantil continuaba creciendo. El lugar donde fuera baleado Bello estaba permanentemente orlado con flores.

Para el miércoles 21, se hizo un llamado “a todo el estudiantado y al pueblo de Rosario a una “Marcha de Silencio”, en homenaje a los “compañeros caídos”, organizada por el Comité de Lucha de Estudiantes de Rosario y la CGTA. La concentración partiría desde la Plaza 25 de Mayo y la manifestación culminaría frente al local de la CGTA, Córdoba 2060, donde hablarían Raimundo Ongaro y algunos estudiantes. Se reclamaba la solidaridad de todo el pueblo, y el cierre de negocios.

"Marcha del silencio"


Horas antes de la anunciada protesta, la zona céntrica parecía una fortaleza policial. Carros de asalto, patrulleros, autobombas, carros hidrantes, guardias de infantería o a caballo patrullaban permanentemente y se exhortaba a la desconcentración mediante megáfonos. A pesar del aparato intimidatorio los estudiantes comenzaron a congregarse, algunos portando carteles como el de los secundarios con esta leyenda “Comité de Lucha Estudiantes Secundarios Bello-Cabral: Contra la Estructura de la Enseñanza”, y empezaron las sentadas en silencio.

Minutos después comenzó la represión. Todo se desencadenó cuando la Infantería de Policía lanzó gases lacrimógenos para desconcentrar a los estudiantes, éstos respondían con piedras, se dispersaban y volvían a reagruparse y en improvisadas columnas trataban de marchar. La policía repartía bastonazos y continuaba arrojando gases. Los jóvenes armaban barricadas con maderas de las obras en construcción, desde los edificios les arrojaban papeles y comenzaron a encender fogatas que aumentaban minuto a minuto.

A lo largo de varias horas los estudiantes y las fuerzas represivas se enfrentaron por las calles céntricas. Fue una verdadera batalla campal, los manifestantes en número entre 3000 y 4000 mil coparon el centro con la colaboración efectiva de los vecinos. La zona presentaba el aspecto de un campo de guerra con grandes fogatas y barricadas en muchísimas esquinas. La policía se había replegado hacia la jefatura. La Batalla de Rosario y el Primer Rosariazo -al decir de Beba Balve- estaba en pleno desarrollo.

Una columna de manifestantes decidió avanzar desde Córdoba y Corrientes hacia el oeste. En la intersección de calle Italia se produjeron nuevos incidentes. Un grupo de estudiantes arrancaron la placa del rectorado, que no había condenado el asesinato de Bello. Después llegaron hasta el frente de la radio LT8. Un pequeño grupo rompió a pedradas vidrios y ventanas e ingresó a la emisora para interferir la transmisión (en esos momentos se trasmitía el partido Estudiantes de la Plata y Nacional de Montevideo, por la Copa Libertadores). El objetivo no se cumplió porque el operador de planta empalmó la transmisión con la cabecera de Radio Belgrano.


Cuando llegan los escuadrones de Caballería, un grupo intentaba tomar el rectorado, otro salía de LT8 y un tercer grupo se estaba dispersando hacia calle Dorrego abandonando la idea de ocupar la Jefatura de Policía, un objetivo que se llegó a plantear cuando la policía huía. A pocos metros de LT8, cayó abatido por un balazo en la espalda el adolescente Luís Norberto Blanco, un empleado metalúrgico y estudiante que intentaba huir corriendo de la represión policial. Los primeros auxilios se los prestó el médico Aníbal Reinaldo, que también sufre los sablazos de la policía. A los pocos minutos fallecía, y eran heridos otros manifestantes.

El Poder Ejecutivo Nacional, pasada la medianoche decretaba a “Rosario Zona de Emergencia”, bajo control del Ejército. Se ocupaba militarmente la ciudad y los Bandos Militares alertaban sobre las prohibiciones, las detenciones y los Tribunales Castrenses comenzaban a actuar. El número de detenidos ascendió a 89, la gendarmería patrullaba la ciudad, y la bronca antidictatorial aumentaba.

Un Plenario de 38 gremios reunidos en el local del Sindicato del Vidrio, donde participaron representantes de las dos centrales obreras, la de Paseo Colón y Azopardo, ratificaba la realización del paro para el viernes 23, y se conocía una declaración de 31 sacerdotes adhiriendo “a la actitud de los estudiantes y criticando crudamente la acción policial y los poderes concedidos al II Cuerpo de Ejército”.

La protesta continuó con el paro con un elevado ausentismo en Rosario y la zona de San Lorenzo, y fue realmente impactante la columna de más de 7000 personas que acompañó los restos de Luís Blanco, durante un trayecto de 87 cuadras que demandó cuatro horas desde su casa hasta el cementerio. Frente al féretro, el párroco Federico Parenti expresó “que esta sangre vertida, que esta sangre que llega al cielo, no sea en vano, que ella lleve la liberación que ansiamos, el instante de justicia que esta reclamando el mundo, Dios dió su sangre por la liberación del hombre, para que el hombre se despoje de su esclavitud”.

En los Talleres Ferroviarios de Pérez, 2000 obreros paralizaban sus tareas por la suspensión de los delegados Enrique Gigena y Roberto H. Forcatto, por haber sido los encargados de comunicar a sus compañeros lo resuelto por la “Comisión Coordinadora de la Unión Ferroviaria” de adherir al paro en repudio al asesinato de los estudiantes. A los pocos días, un plenario de 40 gremios, confirmaba el paro del 30. El nuevo jefe de policía ordenó no interferir en las manifestaciones. Y llegaría el jueves 29 cuando 2000 personas asistieron a la colocación de dos placas en homenaje a los jóvenes asesinados, frente a la galería Melipal y al Comedor Universitario. En el día del Ejército, se escucharon duros discursos del Gral. Fonseca y del Capellán del II Cuerpo, mientras comenzaban a llegar las primeras noticias del Cordobazo. El mes de mayo del 69 finalizaría en Rosario con un paro nacional dispuesto por la CGT para el 30.

7.- El Cordobazo

Santiago Pampillón
 
Córdoba en la década del 50 pasó a ser una potencia industrial, y creció el proletariado concentrado en las grandes fábricas, que fue cambiando los barrios cordobeses. Los antecedentes inmediatos y directos del Cordobazo podrían estar localizados en principio en la resistencia estudiantil a la intervención de Universidad Nacional de Córdoba, lo que desembocó en la ocupación del tradicional barrio de Clínicas, bastión de la insurgencia popular. Los universitarios cortaron las calles, encendieron fogatas y la represión de la dictadura dejó como saldo el asesinato del estudiante-obrero, Santiago Pampillón, el 7 de septiembre de 1966.

Por su parte, la CGT Regional Córdoba se diferenciaba del gremialismo participacionista, colaboracionista o burocrático que vio la llegada de Ongania con expectativas. Era una regional, donde convivían en la acción, la CGT de los Argentinos, dirigentes peronistas como Atilio López, otros clasistas, comunistas, independientes y figuras de innegables reconocimiento y representatividad como Agustín Tosco y René Salamanca.

La dictadura anuló la Ley del Sábado Inglés, que se había sancionado en 1932. También intentaba ejecutar las quitas zonales. Los trabajadores no sólo rechazaron esas medidas, sino que reclamaban aumentos salariales.

A mediados de mayo, SMATA, el sindicato que agrupaba a los trabajadores de la automotriz Káiser, realizó una asamblea en el Córdoba Sport. La policía prohibió la concentración, pero la cantidad de gente que llegó, desbordó la valla policial, y 3000 obreros sorpresivamente llegaron al local. La asamblea sesionó, y a ella se sumaron los trabajadores del tercer turno de la empresa. La policía comenzó a reprimir. Se armaron barricadas. Las fuerzas de represión de la provincia quedaron acorraladas, entre los que estaban en la asamblea y los trabajadores que intentaban ingresar. El enfrentamiento entre las fuerzas policiales y los trabajadores recordaron las mejores noches de box del tradicional club. Luego la UOM cordobesa decretó un paro por 48 horas.

Posteriormente, en un plenario de la CGT regional Córdoba, se resolvió un paro por 36 horas, triunfando la postura defendida por Luz y Fuerza y respaldada por los sindicatos combativos, a los que se sumaron la UTA y SMATA.

Tosco, Elpidio Torres y Atilio López habían acordado la protesta. Las diferencias eran manifiestas, pero las bases empujaban, y el gobierno cerraba los caminos. Los días fijados fueron el 29 y 30 de mayo. La modalidad sería que los trabajadores se retirarían de los lugares de trabajo desde las 10hs y marcharían al centro de la ciudad. Paro con movilización.

Esa jornada del 29 quedaría para siempre en la historia de las luchas obreras y del pueblo como el Cordobazo.


Desde las grandes plantas industriales, las columnas obreras, compactas, llenas de bronca, arrastraron a los obreros de las pequeñas fábricas.

La movilización había acordado el punto de encuentro: en Colón y General Paz, pero al iniciarse la represión fue empujada al norte de la avenida Colón, los movilizados se replegaron, pero respondieron, la resistencia creció, la policía empezó a perder el control de las calles angostas, sólo dominaba las avenidas.

Las barricadas se levantaron por toda la ciudad, el pueblo fue tomando uno a uno cada barrio, por las calles y las grandes avenidas se enfrentaron el pueblo y las fuerzas policiales, que comenzaron a utilizar armas de fuego contra los manifestantes, matando en horas del mediodía al obrero Máximo Mena.

La ciudad estaba en manos de los movilizados. Las fuerzas represivas sólo controlaban una pequeña zona próxima a la jefatura. En los barrios no había vestigios de “las fuerzas del orden”.

El ejército fue convocado, ya que había sido desbordada la fuerza policial, pero sólo pudo ocupar el casco céntrico. El toque de queda no se respetó. Había ya cientos de detenidos. A las 20 horas, miembros del sindicato de Luz y Fuerza, cortaron la energía eléctrica y la ciudad sólo quedó iluminada en muy pocas zonas.

Por la noche, cuando el Ejército intentaba tomar los barrios más combativos, fueron recibidos con disparos desde las terrazas de casas y edificios.

El 30 de mayo la gente volvió a la calle, mientras el ejército intenta recuperar el control. El gobierno respondió con el allanamiento del local de la CGTA, y fueron detenidos Tosco, Canelles, Ditofino, Elpidio Torres, y sometidos a los Consejos de Guerra. Oficialmente se dijo que hubo 34 muertos, 400 heridos y 2000 presos.


A decir de Agustín Tosco, el alzamiento popular “surgió de la clase obrera y del pueblo. Lo esencial es que surge de los trabajadores y de los estudiantes y que ellos, por su convicción, salen a la calle a luchar. La gente estaba equipada, en general, con elementos rudimentarios, por ejemplo los compañeros mecánicos tenían gomas con tuercas, otros tenían bombas de estruendo, y alguno, alguna que otra arma de fuego. La gente se concentró cuando atacó la policía, la gente repelió a la policía con estos y otros elementos, como piedras que encontraba en la calle, luego les prendió fuego, y fue avanzando en la ciudad con nuevas barricadas hasta que una amplia zona de Córdoba, de unos 9 kilómetros cuadrados aproximadamente, estuvo repleta de barricadas. Esto duró hasta la noche, toda la noche y al día siguiente también. El Cordobazo comenzó el 29 pero recién terminó el 2 o el 3 de junio. El Ejército abría fuego. Incluso, tomaron algunos edificios donde había estudiantes. Hubo muchos francotiradores.

“El Cordobazo fue la toma de conciencia de un pueblo, en relación a que se encuentra oprimido y a que quiere liberarse para construir una vida mejor, porque sabe que puede vivirla y se lo impiden quienes especulan y se benefician con su postergación y su frustración de todos los días. Se dijo que el Cordobazo fue un hecho espontáneo, tal justificación tendía a descalificar la movilización. No hay espontaneísmo. Ni improvisación. Ni grupos extraños a las resoluciones adoptadas. Los Sindicatos organizaron y los estudiantes también. Se fijaron los lugares de concentración, y cómo se realizarían las marchas”.

8.- ¿Qué significó el Mayo Caliente
y los “azos” del 69?

La Marcha del Hambre de Villa Ocampo (Sta Fe) en abril, el Mayo Caliente del 69, que incluyólas protestas de los estudiantes correntinos, el “I Rosariazo”, el Cordobazo, que se prolongarían en septiembre con el "II Rosariazo”, el alzamiento en Cipolletti, y el Choconazo, terminaron de derrotar el proyecto “sin límites” de Onganía.

Desde Mayo del 69 todo se aceleró y constituyó un punto de viraje en la evolución del país. Se vivió un proceso de cambios entre los trabajadores, estudiantes universitarios, partidos políticos, y en las principales tendencias que se expresaban dentro de la dictadura.

Los Azos del 69 expresaron la explosión de la bronca, acumulada en varios años de deterioro económico-social, opresión política, gremial y universitaria, sumado a la proscripción del peronismo, pérdida de conquistas históricas de los asalariados y deseos de cambios.

Esos alzamientos populares tuvieron como protagonistas fundamentalmente a la clase obrera, apoyada por el movimiento universitario. Por un lado se puso de manifiesto el estado que había alcanzado la radicalización de la conciencia política de importantes sectores de la sociedad y el profundo rechazo a la dictadura.

Esos movimientos de masas actuaron como factores de presión para cambios dentro del propio gobierno nacional y dejaron dos consecuencias: comenzó a enterrarse el proyecto que no tenía plazos, y se inició un nuevo proceso político en toda la sociedad.

Las grandes movilizaciones demostraron la capacidad de lucha, creatividad, y solidaridad del pueblo. Las asambleas obreras y populares, algunas espontáneas, que se realizaron en Rosario y Córdoba, en las jornadas de mayo y septiembre, reuniendo en su seno a los obreros, estudiantes universitarios y a gran parte de la población pobre de los barrios tomados, rodeados de barricadas, y en algunos lugares con la población ejerciendo el poder de policía, por ejemplo, el de permitir la salida de los bomberos tomados para sofocar incendios, controlar la entrada y salida de los barrios, también constituyeron una forma embrionaria de los órganos de poder, con democracia directa abarcando ya a toda una ciudad. Pero su incipiencia y en gran medida la ausencia de una verdadera organización, no permitió la unificación de las asambleas barriales entre si, a través de delegados electos, en un consejo único de la ciudad.


El impacto de los alzamientos populares abrió un profundo debate entre la militancia, y una gran cantidad de obreros y estudiantes se incorporaron a la lucha antidictatorial. Las diferencias aumentaron, se puso en cuestión a los partidos populares, planteos, métodos, ideas, y las formas de resolución de los conflictos sociales o políticos. Se fracturaron y estallaron los partidos tradicionales de la izquierda, además la polémica se extendió entre el activismo peronista, donde surgieron nuevos grupos y organizaciones. En los pasillos y las aulas de las Universidades tanto estudiantes como docentes polemizaban desde el tipo de Universidad que necesitaba el país hasta las transformaciones necesarias. En las fábricas y los gremios, los intercambios de opiniones se dieron sobre distintas problemáticas de los trabajadores y la sociedad. Se adoptó una forma más encubierta, más en grupos, luego llegarían las asambleas masivas con los conflictos sindicales.

La clase obrera desde 1969 vivió uno de los períodos más ricos en experiencias de su historia, con luchas en la legalidad y la clandestinidad, con derrotas y triunfos. Enriqueció las vivencias de varias décadas anteriores, como los cuerpos de delegados, comisiones internas, el accionar de los sindicatos, el ejercicio de la democracia directa, tomas de fábricas, organización de huelgas, paros activos, movilizaciones.

Fue un período de grandes cambios, en la que surgieron partidos políticos con un claro planteo antisistema, gremios clasistas, combativos, grupos político-militares. Mientras que la movilización popular y la lucha de clase fue en ascenso. Un tiempo plagado de sueños, encantamientos y de esperanzas por quienes los protagonizaron. Y como escribió Adolfo Gilly, años que marcaron una “esquina peligrosa, una de aquellas en donde la historia pudo haber dado un viraje”.

9.- La lucha sigue

Y como en distintos momentos de la historia de la clase obrera y de las luchas populares, se ha venido produciendo un puente histórico entre aquellas generaciones y estas nuevas, con tiempos, conocimientos y hábitos distintos, pero la síntesis de ese proceso debe llevar a nuevos intentos de luchar frente a las injusticias que se viven a diario.

Son muchos/as los/as que no se resignan, no aceptan “los premios” del sistema y continúan la lucha contra la precarización laboral, por un básico de convenio igual a la canasta familiar hoy más de $ 5500, por trabajo digno para todos y todas, libertad y democracia sindical, por el 82% móvil para los jubilados, no al pago de la ilegítima y usurera deuda externa, solidaridad con los trabajadores en conflicto, como la heroica lucha de los docentes y estatales de Santa Cruz y Neuquén, por el reconocimiento de los legítimos derechos de los pueblos originarios y justicia para la comunidad Qom Navogoh de La Primavera, Formosa, castigo para los responsables materiales e ideológicos del asesinato de Mariano Ferreyra, por la elección de delegados en cada lugar de trabajo.

Mariano Ferreyra, militante asesinado por una patota vinculada a la Unión Ferroviaria


Debemos estar codo a codo con los jóvenes desempleados, mal remunerados, esclavos disfrazados, subcontratados, falsos trabajadores independientes, trabajadores intermitentes, pasantes. Rechazar el uso intensivo de la conciliación obligatoria para encorsetar las negociaciones salariales.

Denunciar y repudiar la represión que ha sido “tercerizada”, a manos de patotas que golpean y matan como el caso del compañero Mariano Ferreyra. Es larga la lista de atropellos a los que luchan, así podemos mencionar lo sucedido en el Hospital Francés, Casino, Subterráneos, Indiel, IKA-Renault, Thompson Ramco, Rigolleau, Grafa, FATE, Ford, Wobron, Silvania, Atlántida, Alba y Codex, Astarsa, Tandanor, FATE electrónica, Eveready, Fitam, Cormasa, Atilra Rosario, ferroviarios tercerizados, docentes en Santa Cruz.

Por todo esto, es que cabe recordar aquella estrofa de “Cielo del 69”, de Mario Benedetti:
mejor se ponen sombrero
que el aire viene de gloria
si no los despeina el viento
los va a despeinar la historia

Por Leónidas F. Ceruti
Historiador