jueves, 25 de agosto de 2011

Cristina recargada



Atilio A. Boron

Las elecciones “primarias” que acaban de tener lugar en la Argentina dejaron numerosas enseñanzas. Centraremos nuestro análisis en tres ejes principales: (a) las razones de su apabullante victoria; (b) la agenda del gobierno para los próximos años; (c) las tareas de la izquierda ante la actual coyuntura.


Las elecciones “primarias” que acaban de tener lugar en la Argentina dejaron numerosas enseñanzas. Sería imposible reseñar todas y cada una de ellas en un breve texto como este. Se impone, por lo tanto, la necesidad de sintetizar y privilegiar algunas cuestiones, postergando el tratamiento de otras para otros momentos. Centraremos nuestro análisis en tres ejes principales: (a) las razones de su apabullante victoria; (b) la agenda del gobierno para los próximos años; (c) las tareas de la izquierda ante la actual coyuntura.


Va de suyo que para quien esto escribe la elección presidencial (no así la de los demás cargos a nivel nacional, provincial y municipal) del 23 de Octubre se convirtió, luego de las primarias, en un ejercicio superfluo. Salvo por un catastrófico imponderable la re-elección de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) en la primera vuelta electoral ya está asegurada: le sacó una indescontable diferencia de 38 puntos a Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde. Peor aún, en Lomas de Zamora, supuesto bastión del duhaldismo, CFK aventajó al ex presidente por 43 puntos: obtuvo 57 % de los votos contra un flaco 14 % de su contendor.

Y en la mesa 26 de la Escuela Nº 9 donde emitió su voto Duhalde, Cristina se alzó con el apabullante 73 % contra un raquítico 9 % de su rival. La Udeso, liderada por Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez, fue derrotada sin atenuantes en 132 de los 134 distritos de la provincia de Buenos Aires. Teniendo en cuenta estos demoledores antecedentes cualquier especulación acerca de las chances que podrían tener cualquiera de las dos mayores candidaturas de la oposición es un alarde de voluntarismo carente de todo fundamento.

Claro está que hay que reconocer que por detrás de ese infundado optimismo existen también razones tácticas que obligan a ello: la deserción de un candidato presidencial acarrearía consecuencias muy negativas para los otros postulantes pegados a su boleta (senadores y diputados nacionales, gobernadores, legisladores provinciales, intendentes, concejales) al mismo tiempo que debilitaría la capacidad de esa fuerza para conquistar posiciones en lo terreno parlamentario y en los gobiernos locales.

¿Por qué ganó CFK?

Lo primero que hay que decir es que su aplastante victoria se debió antes que nada a los méritos propios de su gestión gubernativa. Vale la pena insistir en esto porque la tónica dominante de muchos análisis parece sugerir que su triunfo fue antes que nada causado por la fenomenal ineptitud de la oposición.

Este es un planteamiento erróneo porque deja en las sombras algunos factores que, sin duda, influenciaron muy positivamente en las preferencias ciudadanas. Por empezar, mal se podría desconocer el impacto “oficialista” que aquí y en cualquier otro país ejerce la bonanza económica, por relativa que sea y más allá de sus insatisfactorios y/o limitados impactos redistributivos.

Pero si además el crecimiento económico va acompañado por una fuerte expansión del consumo (no importando, ante los ojos de los beneficiarios, los mecanismos mediante los cuales se lo promueve); la creación de empleos (no importa si registrados o “en negro”); una modesta pero bienvenida mejoría en sueldos y salarios y en las remuneraciones a los jubilados y pensionados; la enorme ampliación de la cobertura previsional con la jubilación de las amas de casa; la implementación de algunas políticas paliativas del grave problema de la pobreza que el país viene padeciendo desde los años noventas (Asignación Universal por Hijo, tres millones y medio de personas cubiertas por distintos planes sociales, retorno a la escuela impulsado por la masiva entrega de netbooks, etcétera), sería verdaderamente una anomalía que este conjunto de factores se hubiese revelado incapaz de fomentar un sentimiento de conformidad para con el gobierno nacional.

Si a ello se le agregan otros componentes que expresan una vocación progresista de la Casa Rosada, como la Ley de Medios, el Matrimonio Igualitario, la política de derechos humanos, la estatización de las AFJP y Aerolíneas Argentinas y la reorientación latinoamericanista de la política exterior nadie debería manifestarse sorprendido ante el categórico veredicto de las urnas. Podría haber sorpresa en el nivel del apoyo -más del 50 %- o en los 38 puntos que separan a CFK de sus más inmediatos perseguidores, pero no en la reconfirmación de su liderazgo en el terreno electoral.

El éxito oficial sirvió, de paso, para demostrar que los poderosos medios hegemónicos -verdaderos “intelectuales orgánicos”, diría Gramsci, del heteróclito archipiélago opositor- carecen de los poderes omnímodos que muchos, tanto en el gobierno como en la oposición, les habían atribuido. Pueden agigantar lo que hay, pero sus artimañas y manipulaciones no les alcanzan para inventar lo que no existe. Y la oposición, en la Argentina post-crisis del 2001, post “que se vayan todos”, no existe. Lo que aparece bajo la equívoca etiqueta de “oposición” es una colección de individualidades y precarias organizaciones políticas, mutuamente repulsivas, carente de unidad y coherencia, sin un claro programa alternativo que no sea volver al pasado todo lo cual la convierte en fácil presa de las iniciativas del kirchnerismo.

En el período transcurrido entre las elecciones parlamentarias de Junio del 2009 y las del 14 de Agosto de este año sus exponentes exhibieron excepcionales dosis de ineptitud, egocentrismo, sectarismo, ombliguismo y personalismo que aportaron lo suyo para hacer posible el triunfo de Cristina. En síntesis: a la oposición le sobró vanidad y le faltó grandeza. Y la protesta social, vigorosa y recurrente, transitó por carriles que no tenían contacto con los partidos de la oposición. Salvo, en algunos pocos casos, con las pequeñas expresiones de la izquierda.

Fue debido a ello que el multimedio Clarín no pudo, empleando a fondo su vastísima red de propaganda y manipulación políticas, inventar una opción donde no la había, o fabricar un líder capaz de concitar la adhesión de grandes segmentos de nuestra sociedad. Por más que algunos de los candidatos de la oposición fueran exhibidos ad nauseam, noche a noche, en los distintos programas televisivos del multimedio -especialmente Eduardo Duhalde y Elisa Carrió y, en menor medida, Ricardo Alfonsín- y se les concediera, en algunos casos, hasta veinticinco minutos ininterrumpidos de pantalla (¡algo absolutamente extraordinario en el timing televisivo!) ni uno sólo de los favorecidos por tamaña “generosidad” del oligopolio logró convertirse en un competidor serio de CFK. Peor aún: la venenosa campaña mediática en contra del gobierno terminó por volverse en contra de quien, desde una autoasignada función de conciencia ética de la república, la encarnó con singular vehemencia.

Nos referimos, está claro, a Elisa Carrió, derrumbándose desde el 23 % de los votos obtenidos en la elección presidencial del 2007 a un triste tres y tanto por ciento en las primarias del domingo pasado. Una caída, dicho sea al pasar, que tampoco puede atribuirse a los poderes demiúrgicos de la televisión oficial, cuyo módico rating –inclusive en un programa como 6-7-8- la inhiben de acometer empresas tan demoledoras, suponiendo que lo quisiera.

Y lo mismo puede decirse de la prensa gráfica oficial o identificada con la gestión de CFK: el “periodismo militante” pudo haber ayudado a consolidar la adhesión de los ya convencidos, pero jamás proyectar a Cristina por encima del cincuenta por ciento de los votos. Este acotado poder de los medios, de uno y otro bando, no deja de ser una buena noticia para la democracia.

La agenda para el segundo turno

El arrasador triunfo de CFK enfrenta un peligro que al menos en un par de discursos recientes pareció haber sido advertido por la presidenta cuando dijo, textualmente, “no me la creo.” En efecto: el riesgo es pensar que ante la plebiscitaria ratificación de su mandato las cosas están bien y el rumbo emprendido es el correcto. En realidad, la situación económica ha venido mejorando pero las asignaturas pendientes son muchas, y muy urgentes. El mantenimiento de la torpe política adoptada con el INDEC, que equivale destruir un termómetro porque registra la temperatura producida por una inoportuna enfermedad, conspira en primer lugar en contra del propio gobierno: las deficientes o abiertamente falsas informaciones suministradas en algunas áreas por el INDEC le impide elaborar con racionalidad y eficacia las políticas públicas que el país necesita.

La intervención en ese organismo, además, es un grave atentado en contra de la población porque la priva de acceder a datos básicos con los que, por ejemplo, defender su nivel de vida y sus salarios en las paritarias. En este sentido el subregistro de la inflación ha adquirido ribetes escandalosos toda vez que no son las desacreditadas consultoras privadas sino las propias oficinas de estadística de las provincias gobernadas por el Frente de la Victoria quienes mes a mes desmienten las fantasiosas cifras del INDEC. No sólo ellas: lo mismo hacen los sindicatos afiliados a la CGT, que negociaron reajustes salariales –para acompañar al aumento de los precios internos- del orden del 25 al 35 %, reajustes que fueron homologados por las autoridades nacionales y sobre todo por el Ministerio de Trabajo. Acabar con este engaño debería ser una de las primerísimas tareas a encarar por la presidenta lo antes posible, conciente de que esa mentira no sólo ofende a la ciudadanía sino que entorpece su propia gestión de gobierno.

Cuando el tema de la agenda del próximo período sale a la palestra son muchos los que en el ámbito oficial y sus aledaños dicen que lo que hay que hacer es “profundizar el modelo”. No vamos a reiterar en esta nota todo lo que discutimos extensamente en anteriores publicaciones de este blog y que diera lugar a un apasionado debate. Pero no está demás recordar que los principales aciertos del kirchnerismo –como, por ejemplo, la quita en los bonos de la deuda externa o las estatizaciones de las AFJP o de Aerolíneas Argentinas- se produjeron cuando se dejaron de lado las prescripciones del modelo de acumulación instaurado bajo el primado del neoliberalismo desde finales de la década de los ochentas y cuyos poderosos influjos se sienten todavía el día de hoy.

Para entendernos: si hablamos rigurosamente un “modelo” no es una sumatoria de políticas públicas sino un tipo específico de articulación entre acumulación capitalista, dominación política y organización social. Al decir que el actual “modelo” tiene su génesis en la última dictadura militar y su consolidación en el decenio menemista se está afirmando que como producto de la refundación reaccionaria del capitalismo global desde mediados de los setentas el eje central de la acumulación capitalista se desplazó hacia los sectores más concentrados (y extranjerizados) de la economía, entre los cuales sobresalen el petróleo, el gas, la gran minería, el sector financiero y el agroexportador (principalmente el complejo sojero), todos los cuales fueron (y siguen siendo) beneficiados por incentivos, subsidios, exenciones impositivas y facilidades de todo tipo que explican las fenomenales tasas de ganancia que exhiben estos sectores. Este “modelo”, neoliberal en su espíritu y en su corporización práctica, tiene como puntales:

a) la sobrevivencia de la Ley de Entidades Financieras de Videla-Martínez de Hoz, pieza legal fundamental para institucionalizar el predominio de la banca extranjera y del capital financiero en general;

b) la vigencia de la Carta Orgánica del Banco Central establecida por Domingo F. Cavallo que todavía condiciona negativamente a las actuales autoridades de esa institución para actuar de conformidad con las exigencias de la coyuntura;

c) la extraordinaria regresividad del sistema impositivo, en virtud de la cual la renta financiera queda exenta de obligaciones tributarias al igual que la transferencia de activos de sociedades anónimas, mientras que una parte creciente de los asalariados debe pagar el impuesto a las ganancias –la magia del neoliberalismo todo lo puede: ¡sueldos y salarios se convierten en “ganancias” y como tales sujetas a un tributo- al tiempo que los sectores de menores ingresos ven encarecidos los ítems de la canasta básica de alimentos con un IVA del 10.5 %;

d) el continuo saqueo de nuestras riquezas naturales, sin ninguna clase de efectivo control fiscal –especialmente en hidrocarburos, minería, pesca- que impide saber cuánto se extrae y cuánto se exporta. Si algún dato se tiene es por las declaraciones juradas que las empresas interesadas elevan a nuestras autoridades;

e) la descontrolada “sojización” del agro, con los graves perjuicios que conlleva no sólo una acelerada “reprimarización” de la economía sino también la expansión del monocultivo y la primacía adquirida por el poderoso complejo transnacional del “agronegocios”, en desmedro de los pequeños y medianos productores locales;

f) el elevado grado de concentración y extranjerización de la economía. Una encuesta periódicamente realizada por el INDEC sobre este tema demostró que en el 2010 las 500 mayores empresas del país daban cuenta nada menos que del 22 % del PIB de la Argentina. Ese mismo estudio señalaba que 324 de las 500 mayores empresas –o sea, dos de cada tres- que operan en el país son extranjeras; y todas foráneas son las seis más grandes: YPF, Cargill, Telecom, Petrobras, Carrefour y Jumbo. Extranjerización que, como lo señalan recientes estudios, se extiende también a la tierra, inclusive en zonas de frontera;

g) perpetuación de la precarización laboral, la tercerización, el trabajo no registrado (¡inclusive en la administración pública!), penosas herencias de los noventas que aún persisten en nuestros días.

Estos rasgos, gestados durante los años de la dictadura y el menemismo siguen penosamente caracterizando a la economía argentina. Hubo cambios, sin duda, pero las vigas maestras del “modelo”, neoliberal hasta el tuétano, siguen en pie. A ello se debe la persistencia de elevados niveles de pobreza -cercanos al 30 % según los análisis más confiables- en los sectores más postergados y también la fragilidad económica de las capas medias, donde para una pareja con ambos miembros trabajando “en blanco” y con buenas remuneraciones la adquisición de un departamento de dos ambientes se presenta como una empresa de muy difícil realización. En suma, el “modelo”, fiel a sus orígenes, crece pero al hacerlo concentra ingresos y riquezas, desnacionaliza la economía y no distribuye. Quien lo hace, a duras penas y con muy modestos resultados, es el estado.

La izquierda y la coyuntura

Para concluir: la presidenta tiene la re-elección asegurada. Ha sido ratificada plebiscitariamente y gracias a esta relegitimación dispone de un amplio campo de maniobra para introducir los cambios que necesita el país. Si tiene voluntad de hacerlos seguramente contará con un enorme respaldo popular, como lo atestigua el resultado de las primarias. Cuenta también con un Congreso que no tendrá fuerza para interferir o entorpecer sus más trascendentales iniciativas y los poderes mediáticos han demostrado que pueden desatar una molesta vocinglería pero no tienen como frenar las políticas gubernamentales. Este es el momento para avanzar a toda máquina por el camino de las reformas estructurales, dejando de lado los paliativos y las políticas de parche.

Además, haga lo que haga, los futuros historiadores y cronistas de la derecha ya condenaron a la presidenta. Seguirá siendo sometida a toda suerte de presiones, chantajes y agresiones por los moderados avances sociales producidos durante estos últimos años. Siendo esto así es preferible que la condenen por las cosas buenas que podría hacer y no por lo que dijo que quería hacer y después no lo hizo. Eso sí: CFK tendrá que apresurarse porque dispondrá de poco tiempo, un año a partir del inicio de su nuevo término presidencial. El 2012 debería ser el año de las grandes batallas. Poco después comenzarán las disputas con vistas a las elecciones parlamentarias del 2013 y, enseguida, estallará abiertamente la durísima lucha por la sucesión presidencial. Por lo tanto, si no es ahora, ¿cuándo?

Podrá objetarse, con razón, que el planteo anterior adolece de un fuerte voluntarismo. Ello es así porque hemos optado, metodológicamente hablando, por suspender por un momento una valoración radicalmente crítica que considere a los datos definitorios de la coyuntura actual como resultados inamovibles de un proceso que no admite correcciones o rectificaciones. Si bien adherimos sin reservas a la perspectiva crítica que ofrece el marxismo -en el sentido de que sabemos que dentro del sistema no hay solución para la crisis del capitalismo, y que éste es una imparable máquina de producir injusticias, pobreza y exclusión económica, social y política que sólo una revolución socialista pondrá fin- creemos que al menos hipotéticamente se le podría conceder al gobierno el beneficio de la duda.

¿En qué sentido? En el sentido de reconocer que las renovadas y cada vez más violentas contradicciones del capitalismo, aguijoneadas por la crisis actual, van a desbaratar cualquier intento de gestionar a la economía y mantener el orden social apelando a las herramientas macroeconómicas convencionales, incluyendo las tenidas por “heterodoxas”. Empujado por circunstancias signadas por profundos desequilibrios en la vida económica y una creciente agitación social y política más pronto que tarde el gobierno se enfrentará a un dilema de hierro: avanzar por el sendero de las reformas estructurales que le permitan neutralizar los efectos desquiciantes de un capitalismo en crisis o bien quedar sepultado bajo sus escombros, abriendo el paso a una restauración conservadora que ponga fin a todas sus ilusiones progresistas.

Acérrimos críticos del capitalismo, Marx, Engels, Lenin, Trotsky y Gramsci, entre otros, nunca dejaron de reconocer las posibilidades de recomposición y cambio que los capitalistas siempre tienen a su alcance aún en medio de las más profundas crisis. Más de una vez Marx se reprochó por haber errado en sus sombríos pronósticos sobre el curso futuro de Francia una vez establecido el régimen bonapartista, refutados implacablemente por casi veinte años de vigorosa expansión económica que sólo la guerra franco-prusiana de 1870 pondría fin.

Atentos a esta lección hay que desterrar la tentación de pensar que, ante la crisis, el kirchnerismo jamás osaría transitar por el sendero de las reformas estructurales. Sus relaciones con la clase dominante son complejas y por momentos contradictorias: promueve sus ganancias y facilita sus negocios –si no véase lo ocurrido con el voto “del campo” en las primarias, o las declaraciones de Franco Macri o de tantos otros capitostes del empresariado local- aunque lo hace en un clima de mutuo recelo y permanentes tironeos ocasionados por la insaciable voracidad de una y otro.

Si estas tensiones, exacerbadas al calor de la crisis, llegaran a sobrepasar un cierto umbral no sería extraño que se desencadenase una ruptura entre la clase dominante y el gobierno, colocando al kirchnerismo ante el dilema enunciado más arriba: reformas estructurales o capitulación. Acosado por similares más no idénticas circunstancias Franklin D. Roosevelt optó por lo primero: fortaleció el movimiento obrero y organizó al partido demócrata, y a partir de allí lanzó el New Deal, un programa tenazmente resistido por gran parte de la burguesía estadounidense que consideraba confiscatoria y “comunista” la nueva legislación tributaria –en un pleito que sólo se resolvió en la Corte Suprema de Estados Unidos- y los renovados poderes de la Reserva Federal, al paso que denostaba como demagógicas las audaces iniciativas en materia de seguridad social y asistencia médica impulsadas desde la Casa Blanca.

Obviamente, era un programa que no tenía la menor intención de salirse del sistema y abandonar al capitalismo; no obstante, acuciado por las premuras del momento, para salvarlo era preciso otorgar significativas concesiones a las clases populares a la vez que se recortaban algunas de las más irritantes prerrogativas del capital.

Que no hubiera aparecido un partido revolucionario capaz de aprovechar las oportunidades que se abrieron en esa coyuntura es otra historia. A la luz de la experiencia histórica, desde Napoleón III a Roosevelt, ¿deberíamos excluir a priori que una salida “reformista burguesa” pudiera ser elegida por CFK? Hay numerosos indicios de una creciente tensión al interior del kirchnerismo, originada por las limitaciones y perversiones del “modelo” y por el creciente hiato que separa el discurso crítico del neoliberalismo del pesado legado neoliberal que aún hoy informa buena parte de las políticas oficiales. ¿Quién estaría en condiciones de asegurar que, forzado por las circunstancias, el kirchnerismo preferiría suicidarse antes que abrazar una opción reformista, aunque sea por razones tácticas, oportunistas o demagógicas de supervivencia política?

Y si tal cosa llegara a ocurrir, ¿estarían la izquierda y el movimiento popular en condiciones de sacar partido de la situación? Es evidente que la debilidad de las fuerzas socialistas, comunistas y de izquierda de la Argentina, herederas de traumáticas experiencias del pasado, conspira contra su capacidad para gravitar decisivamente en la coyuntura. El tsunami peronista de 1945 cambió radicalmente la estructura y la identidad de la clase trabajadora y el movimiento popular, condenando a la izquierda a jugar un papel marginal en el desarrollo de las luchas de clases durante décadas. Ante ello habría que estar sumamente atentos a las inéditas posibilidades que podrían abrirse en el marco de la crisis actual y sus reflejos en un país de la semiperiferia capitalista como la Argentina.

No hay un único camino para la emancipación de la clase trabajadora, y más importante que el punto de arranque son el itinerario, las novedades generadas a lo largo de un continuo proceso de luchas sociales (que cambia conciencias, proyectos, modos de organización y liderazgos) y la meta hacia la que apuntan los conflictos y antagonismos del momento.

Para ello es preciso tener en mente que estamos ingresando a una nueva etapa en la historia del capital: la contraofensiva reaccionaria inaugurada en los años ochenta del siglo pasado de la mano de Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Juan Pablo II se ha agotado y se derrumba estrepitosamente. La conmoción social que sacude a Europa, desde la ola de huelgas en Grecia hasta el repudio a los banqueros en Islandia, pasando por los incendios en Londres, los “indignados” españoles y el fragilísimo equilibrio político apenas sostenido en Francia y Alemania, es un claro anuncio del cambio de época, y sus violentas reverberaciones se dejarán sentir en todo el mundo. La Argentina y América Latina, por más que se las intente blindar, no serán la excepción a la regla.

Fin de una época que coincide con la inexorable decadencia del imperio norteamericano, incapaz de ganar guerras (aunque destruya países), de ordenar el caos económico internacional y de acomodar el tablero político mundial en función de los intereses imperiales.

En un marco de cambios epocales en donde la mismísima supervivencia del capitalismo está puesta en cuestión -¡ya no por el “catastrofismo” de sus críticos sino por el diagnóstico de los “intelectuales orgánicos” del capital!- la izquierda argentina tiene la posibilidad y el deber de reconstituirse de forma tal de poder incidir positivamente en el curso de los acontecimientos, dejando de ser lo que, a pesar suyo, fue durante décadas: una presencia testimonial. Para que esto sea posible deberá abandonar todo dogmatismo y saber leer, en los enrevesados y contradictorios pliegues de la coyuntura actual, las oportunidades que podrían existir para desarrollar un proyecto emancipatorio para nuestro pueblo y actuar en consecuencia.




El problema de la vivienda


Toman tierras en Florencio Varela


(AW) La lucha por el derecho a la tierra sigue esparciéndose por todo el territorio argentino. Mientras las soluciones de hábitat no aparezcan, las organizaciones y los habitantes seguirán actuando en busca del derecho básico a tener una casa donde vivir.
Florencio Varela, martes 23 de agosto de 2011 (Centro de Participación Popular Enrique Angelelli)

200 FAMILIAS TOMAN TIERRAS EN FLORENCIO VARELA
Doscientas familias tomaron dos predios abandonados entre las calles Humahuaca y La Paloma en el barrio San Jorge, distrito de Florencio Varela, a las siete horas de esta mañana.

La mayoría de las familias que realizan la toma pertenecen a los barrios de Villa Argentina y San Jorge. En ambos casos se trata de familias que vienen esperando una respuesta de las autoridades municipales hace meses.

Los vecinos pertenecientes al barrio de Villa Argentina estaban acampando hace más de seis meses a la orilla de un predio en la calle 531 entre 534 y 536, pidiendo que alguna autoridad municipal se acercara a dialogar con ellos, para poder plantearles su problemática. Hasta el día de hoy, y a pesar de la presencia de niños en el acampe, nunca recibieron respuesta.

No muy lejos, sobre la calle Humahuaca en el barrio de San Jorge otras tantas familias mantenían otro acampe hace varios meses, también en la vereda de un predio abandonado, también pidiendo tierra para vivir con sus hijos, también en condiciones muy poco dignas, tampoco recibieron respuestas.

Hoy a las siete de la mañana unas doscientas familias, entre 600 y 800 vecinos, tomaron dos predios pertenecientes a una misma parcela en el barrio de San Jorge sobre las calles Humahuaca y La Paloma , cansados de esperar algún gesto del gobierno municipal.-

Al mediodía policía bonaerense junto con la infantería cerco el predio amenazando a las familias para que desalojen. Los vecinos están dispuestos a resistir en la toma y piden la presencia de algún funcionario en el lugar.

Contactos Telefónicos:
Facundo (Prensa) 15 4160 5675
Hugo (Prensa) 1541938180

Área de Comunicación
Centro de Participacion Popular
Monseñor Enrique Angelelli
Tel. 4255-8086 - Fcio Varela


Para todos la tierra

Doscientas familias tomaron dos predios abandonados en los barrios San Jorge y Villa Argentina de Florencio Varela.

Judith, integrante del Centro de Participación Popular Monseñor Enrique Angelelli, que estuvo en el acampe, recuerda que las familias esperan una respuesta municipal desde hace más de 6 meses.
También explica cómo y por qué deciden tomar el predio.

A ocho meses de la ocupación del Parque Indoamericano

Los dirigentes sociales que fueron citados a declarar brindaron una conferencia de prensa en el Hotel Bauen.

Se los culpa de usurpación, mientras que todavía no hay respuestas a las demandas habitacionales ni avances en la investigación por los cuatro asesinatos.

Mariel Acosta, abogada de la Asociación Civil por los Derechos y la Justicia (ACIJ), denuncia una persecución a los referentes sociales.


Informativo Latinoamericano Púlsar 24/08/2011

Congreso de Perú aprobó la Ley de Consulta Previa. Inició Paro Nacional en Chile. Bolivia denuncia ingerencia de Estados Unidos en marcha por el TIPNIS. 



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Cuarta Jornada sobre Educación Popular "Espacios Educativos Alternativos"

Durante la tarde de ayer se realizó en La Plata la “Cuarta Jornada sobre Educación Popular : El saber No puede ser un Lujo” en el Centro Cultural autogestionado “El Galpón de Tolosa”. El tema-debate de este nuevo encuentro giró en torno a los "Espacios Educativos Alternativos”, como la bibliotecas y los Centros Culturales. Hubo rondas de debate y discusión y puesta en común de las ideas generadas en grupo. La Quinta Jornada se realizará el primero de setiembre en la Facultad de Ingeniería y el eje del debate será: "Co-producción de conocimiento".Por ANRed La Plata









En una tarde fría pero con sol, a las 15 hs, se realizó la "Cuarta Jornada sobre Educación Popular", en el Galpón de Tolosa de la Plata. En éste ciclo se debatió en diferentes grupos las nociones de "Espacios educativos alternativos", desde la práctica concreta y desde su conceptualización teórica. Los compañerxs del Galpón de Tolosa y del C.C. Raymundo Glayzer comentaron brevemente sus experiencias con respecto a la contrucción de dichos espacios, tanto físicos como culturales, y de como lograron con esfuerzo llegar a transformarlos en espacios alternativos de educación para toda la comunidad. Hubo muestras fotográficas del avance del trabajo en cada uno de los centros culturales. Allí se mostró el recorrido que convierte un lugar abandonado en un espacio concreto y agradable de encuentro y discusión. Luego se instó a todos los presentes a "mover el cuerpo" a partir de una serie de juegos teatrales para poder así: "pensar otra corporalidad" fuera de la rigidez física a la que estamos habituadxs en nuestra vida cotidiana. Se representaron imágenes teatrales de opresión y explotación.




Finalmente, se armaron distintos grupos de debate y reflexión sobre el tópico del ciclo: "los espacios educativos alternativos". Al finalizar la tarde se dieron conocer todas las conclusiones en un plenario final.


Organizan:
Frente de Organizaciones en Lucha
Frente por Resistencia
Colectivo de Abogados Populares "La Ciega"
Movimiento Cultural "Hagamos lo Imposible"
Cauce UBA
Cauce La PLata
EPA UBA
OPR Villa Hidalgo
El Galón de Tolosa
Cae Babylon
La Carcava





Culminó en La Rioja el octavo encuentro de la Red Nacional de Medios Alternativos


Lucía Sabini, productora de Llevalopuesto, y participante del encuentro, comentó uno de los puntos de debate más importantes alrededor de los desafíos que plantea la nueva Ley de Servicios de Comunicación audiovisual.



miércoles, 24 de agosto de 2011

“Está muy fuerte el movimiento estudiantil en Chile”


Una delegación de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) se encuentra en Santiago de Chile, en apoyo al movimiento estudiantil chileno.

Ignacio Kostzer, de la Corriente Julio Antonio Mella, y presidente de la FUBA, contó sus impresiones acerca de la situación actual de la protesta generalizada de los estudiantes.

Por otro lado, comentó lo importante que son las jornadas de hoy y mañana, en el marco de la convocatoria a un paro y nuevas movilizaciones.

La creatividad del movimiento estudiantil chileno en la protesta es una de sus más importantes, y acá Ignacio Kostzer hace su apreciación  al respecto.


Balance de las primarias, perspectivas para octubre

Cristina Fernández de Kirchner (CFK) obtuvo el 50.7% de los votos en una elección muy concurrida y sus adversarios, todos sumados, no llegan al 40 por ciento y han perdido toda esperanza de evitar en las elecciones generales de octubre la reelección de la presidenta. Los votos a CFK se explican por la prosperidad: son votos conservadores. Hay obreros calificados que ganan tres mil dólares por mes, los que están peor están sin embargo mejor que hace unos años y nadie quiere volver a los noventa. El conservadurismo del voto kirchnerista se comprueba cuando uno coteja los votos logrados por Mauricio Macri o José Manuel de la Sota, la mitad de cuyos electores votó ahora por CFK, o cuando uno ve el triunfo aplastante de gobernadores kirchneristas corruptos, reaccionarios y hasta asesinos. Por Guillermo Almeyra.







Cristina Fernández de Kirchner (CFK) obtuvo el 50.7 por ciento de los votos en una elección muy concurrida (con apenas 22 por ciento de abstención) y sus adversarios, todos sumados, no llegan al 40 por ciento y no podrán unirse, de modo que han perdido toda esperanza de evitar en las elecciones generales de octubre la reelección de la presidenta y ahora sólo pelean por tener suficientes diputados y senadores para mantener el control de la Cámara de Diputados y una fuerza de presión en la Cámara Alta. El centro-centroderecha del cineasta Pino Solanas no llegó al 1.5 por ciento puesto como barrera para participar en octubre porque despreció el combate democrático contra la proscripción y se contenta ahora con lograr algún diputado, pero el Proyecto Sur está agonizante y un sector de su pequeño electorado irá al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) que consiguió casi 2.5 por ciento de los votos (550 mil sufragios) mientras otros se dividirá entre la abstención y el apoyo al Frente Amplio y Progresista (ma non troppo) dirigido por Hermes Binner (que logró el 10 por ciento).

El FIT venció la barrera proscriptiva del 1.5 por ciento gracias, en primer lugar, a su actividad en fábricas, sindicatos y centros estudiantiles (que ya le había dado a sus componentes 400 mil votos en los comicios del 2009), pero también porque, en vez de hacer propaganda general socialista o de agitar consignas, supo utilizar los espacios radiales y televisivos que distribuyó el Estado de modo simple, inteligente y realista para reivindicar su derecho democrático a una plena participación política con el objetivo de defender las principales reivindicaciones de los trabajadores y pobres en general. A esta combinación entre la defensa de la democracia electoral y la de las reivindicaciones concretas y populares se agregaron a último momento dos periodistas derechistas que, con sarcasmo, lanzaron una campaña titulada “un milagro para Altamira” en la cual pedían votar por el presidente del FIT por lástima y casi para impedir la extinción de una especie, campaña que en su curso se hizo más seria, tuvo un gran éxito popular y terminó reforzando la lucha antiproscriptiva del FIT.

Ahora éste, que tiene ya dos diputados provinciales, podría llegar en octubre a obtener también algún diputado nacional. De todos modos, en octubre disminuirán los votos meramente democráticos prestados al FIT que volverán a sus cauces naturales si el FIT (o algunos de los partidos que lo integran) no es capaz de ver con realismo que en estos dos meses deberá consolidar en la acción cotidiana el apoyo electoral excepcional conseguido y si no comprende que una parte importante del electorado de la presidenta no tiene la cerrazón mental kirchnerista o peronista que el FIT le atribuye sino, por el contrario, una apertura potencial a una política socialista siempre que ésta no sea sectaria ni meramente obrerista sino que proponga soluciones concretas y viables a los problemas concretos actuales y a los que se presentarán en los próximos meses.

Los votos de CFK se explican por la prosperidad. Son votos conservadores. Hay obreros calificados que ganan tres mil dólares por mes, los que están peor están sin embargo mucho mejor que hace unos años y nadie quiere volver a los noventa, tiempos de desocupación, privatizaciones y neoliberalismo feroz mientras que, por el contrario, todos quieren conservar lo poco conquistado en estos ocho años de kirchnerismo. Por eso CFK recuperó buena parte de las clases medias que se le habían opuesto siguiendo “al campo” -o sea, a los terratenientes, exportadores y grandes soyeros - , recuperó incluso los votos rurales y ganó a pesar de tener en contra a todos los grandes medios impresos o televisivos que presentaban un país de desastres que la gente común no registraba.

El conservadurismo del voto kirchnerista se comprueba cuando uno coteja los votos logrados por Mauricio Macri, en la Capital Federal o José Manuel de la Sota, en Córdoba, la mitad de cuyos electores votó ahora por CFK o cuando uno ve el triunfo aplastante de gobernadores kirchneristas corruptos, reaccionarios y hasta asesinos. La presidenta tiene además un apoyo muy superior al que lograron sus grandes electores (alcaldes clientelistas, gobernadores ) y su aparato partidario, lo cual sin duda se reflejará en el hecho de que el gobierno no logrará quórum propio en las Cámaras y deberá negociar con los menos peores de la oposición (Binner, por ejemplo o algunos de los peronistas de derecha más coptables).

Octubre está demasiado cerca como para que el panorama electoral cambie sensiblemente y el triunfo de CFK está asegurado pero la situación política argentina, como la del resto de los países latinoamericanos, depende y dependerá de los efectos de la crisis mundial sobre la economía local. Ahora bien, un derrumbe del euro y de la Unión Europa y la crisis en Estados Unidos afectará gravemente al real brasileño y, con eso, al Mercosur y las exportaciones argentinas y China, gran compradora de materias primas y gran inversionista en Argentina, tampoco está inmunizada contra esa crisis de sus mercados de exportación y, por lo tanto, tendrá que reorganizar su economía y tendrá conflictos sociales graves. Por ahora, las materias primas agrícolas que Argentina exporta siguen teniendo altos precios y el país sigue tratando de mantener sus ventajas cambiarias y de contener los capitales especulativos. Pero si Europa, por no hablar de Estados Unidos, no puede contener la depresión que se avecina ¿podrá hacerlo la frágil Argentina? La presidenta, una vez reelegida, podría pasar de ser una esperanza de seguridad y convertirse en la mandataria que deberá jinetear la peor crisis de la historia mundial y de la Argentina. Lo cual crearía un nuevo panorama político para la izquierda socialista y para la derecha proiimperialista.


Informativo Latinoamericano Púlsar 23/08/2011


Asesinan a dirigentes campesinos en Honduras. Comienza debate por Ley de Consulta Previa en Perú. Inicia Jornada de lucha por políticas públicas para el campo en Brasil. 



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Criminalización de la protesta a la jujeña


La investigación por la represión del 28 de julio en Libertador General San Martín se está volcando hacia la tendencia a imputar a los damnificados de aquel desalojo en tierras de los Blaquier, en el Ingenio Ledesma.

Dos hombres quedaron detenidos acusados de participar en los incidentes que hace casi un mes derivaron en la muerte de cuatro personas durante el desalojo, y los mismos fueron dispuesto por el juez de instrucción penal, Jorge Samman, quien también había ordenado el desalojo.

Quique Mosquera, referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), da cuenta de la preocupación que viven a partir de la persecución de la justicia.


martes, 23 de agosto de 2011

Respuesta a Cristina Kirchner sobre minería



Compartir muchos logros del gobierno, no significa ser obsecuente. Hay cosas que se hicieron muy bien y que nadie nunca hizo antes. Pero también hay errores groseros, errores que no se pueden dejar pasar. La minería es el lado oscuro del gobierno, con un apoyo incondicional al saqueo, la contaminación ambiental por siglos, la desigualdad jurídica e impositiva, el poder de las corporaciones por encima de las leyes y la voluntad de los pueblos, la mafia, la corrupción ímplícita y necesaria para sancionar leyes a su favor, la expropiación de tierras, el uso indiscriminado de enormes cantidades por día de venenos como el cianuro, la imposibilidad de frenar los drenajes ácidos mineros, la contaminación de las napas de agua potable con subproductos químicos y metales pesados, metales pesados que ingresan en la cadena alimenticia, imposibilitando la utilización de suelos para usos agrícolas ganaderos, problemas sociales, demanda hospitalaria, prostitución y sus consecuentes enfermedades infecto contagiosas, ausencia e inutilidad del Estado para controlar, etc, etc, etc. Estos son algunos de los temas directamente relacionados a la minería. Por supuesto que no hablamos de TODA la minería, sino de los mega proyectos de multinacionales mafiosas que vienen a latino américa a hacer lo que les plazca, con el aval de los políticos corruptos y/o incompetentes. 

Puede informarse al respecto visitando la página de los vecinos por el NO a la mina, donde puede descargar todo tipo de información: www.noalamina.org y también puede pedirme copia gratuita de mi libro "Esquel y su NO a la mina" en: www.noalamina.blogspot.com

Informativo Latinoamericano Púlsar: Resumen

22/08/2011 | En esta edición: 
Movilizaciones sociales en Chile. En esta edición el Informativo Púlsar pone a disposición un informe especial sobre las movilizaciones sociales por la educación gratuita y de calidad en Chile.




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19/08/2011 | En esta edición: 
Indígenas bolivianos exigen hablar con Evo Morales. Postergan Ley de Consulta Previa en Perú. Reclamos en Valparaíso por la educación gratuita y de calidad.




6 min. 03 seg. (5,55 Mb.) bajar mp3


Por más cultura popular


Puntos de Cultura es un programa que surge en Brasil en 2004 impulsado por los movimientos y las organizaciones populares y establece un convenio entre ellas y el Estado para promover las iniciativas y los proyectos culturales desarrollados en las comunidades.

Eduardo Balán, miembro de El Culebrón Timbal, contó en qué consiste el programa.