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martes, 9 de octubre de 2012

Chavez no se va


Por qué Chávez triunfó


Las riquezas naturales de Venezuela fueron saqueadas durante largas décadas por Estados Unidos y las empresas transnacionales, sin que el pueblo recibiera los dividendos de sus abundantes recursos petroleros y minerales. Los beneficios iban a parar a las capitales occidentales y a las manos de la burguesía nacional pero tras la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, el panorama cambió totalmente.
La victoria electoral de Chávez en las recientes elecciones presidenciales por amplio margen del 10 % por encima del contendiente derechista Henrique Capriles, la obtuvo pese a la enorme campaña de los medios de comunicación, tanto nacionales como extranjeros que levantaron la imagen de su contendiente y llamaban a la población a buscar el llamado sueño americano que, por cierto, se ha convertido en un los últimos años en una pesadilla para más de 50 000 000 de estadounidenses.
Dentro de Venezuela, la mayoría de las cadenas de televisión y radio están dirigidas por la derecha criolla que ten’ia intenciones de volver a convertir al país en un apéndice directo de Washington y de las transnacionales en aras del enriquecimiento de unos pocos y el empobrecimiento de la mayoría.
Tras la llegada de Chávez al poder en 1999, el 60 % de la población que se hallaba en condiciones de hambre y pobreza, comenzó a salir de ese abismo y por primera vez tuvieron acceso a educación y atención médica gratuita y a una mejor alimentación.
Sus logros han sido reconocidos por organismos internacionales comola Comisión Económica para América Latina (CEPAL) que un informe divulgado recientemente explicó que mientras la pobreza se incrementó entre 1990 y 2011 en algunas naciones en la región “en Venezuela se redujo en más del 50 %”.
Según CEPAL, la nación bolivariana disminuyó del 60 % al 23 % la pobreza general y en cuanto a la pobreza extrema aún es más drástica: de 29 % a 7 %”, e invitó a continuar esos logros en los próximos veinte años.
Pese a sufrir en años anteriores fuertes desastres naturales tras inundaciones que afectaron a 12 Estados con millonarias pérdidas económicas y miles de viviendas destruidas, el Gobierno logró revertir la situación al aportar grandes sumas de dinero en beneficio de los afectados, en contraposición a similares sucesos ocurridos en varios países de América Latina y del mundo que tras años de sufrir catástrofes, aun padecen de escenarios extremos.
Desde hace tres años la nación bolivariana impulsa un amplio y ambicioso programa de reconstrucción nacional con prioridad en la fabricación de viviendas, no solo para los afectados sino también para los millones de personas que durante las pseudo repúblicas han vivido en tugurios y en casuchas erigidas en los cerros del país solo con cartones y pedazos de zinc, sin tener agua potable, servicio sanitarios ni caminos loables de acceso.
La economía se ha estabilizado y luego de padecer los estertores producidos por la crisis económica capitalista mundial y la baja en los precios del petróleo, su principal fuente de ingresos, en los dos ‘últimos años el Producto Interno Bruto ha crecido cerca del 4 %.
A la par, Venezuela hay ido vertiginosamente diversificando sus producciones y ya no solo depende del petróleo y sus derivados, sino que se han construido fábricas de tractores, automóviles, maquinarias agrícolas, de televisores, computadoras, celulares, de alimentos y hasta avanzó en el desarrollo de la telecomunicación satelital.
En este año se producen crecimientos en muchos renglones: instituciones financieras 9,2 %; comercio, 7,2 %; comunicaciones, 8,2 %; electricidad y agua, 6,5,3 %; servicios de transporte y almacenamiento, 5,8 %, servicios producidos por el Gobierno central, 3,9 % y la industria manufacturera, 2,3 %.
En el sector petrolero el aumento anual ronda el 2,3 % y solo el pasado año ese sector atrajo capitales por 80 000 millones de dólares de compañías procedentes de varios continentes.
Si a la llegada de Chávez el desempleo era de casi el 20 %, la cifra se ha reducido a solo 7 %, logro que no pudo hacer ninguno de los anteriores gobiernos neoliberales.
Todo eso se ha alcanzado con la aplicación de una consecuente política de desarrollo social a favor de las grandes mayorías del país, que salieron a votar para que el comandante continuara su denominado Socialismo del siglo XXI.
En ese camino, se nacionalizaron compañías y se consolidó la soberanía sobre los recursos naturales como el petróleo, gas, oro y cuyos grandes dividendos se emplean en numerosas misiones sociales.
Solo en el ámbito educacional aparecen las Misiones Ribas, Robinson, Sucre y Madres del Barrio, entre otras. Mediante el programa Canaima, se entregaron miles de computadoras a niños de la enseñanza primaria y de las Aldeas Universitarias, dirigidos a llevar los estudios superiores a cada uno de los 335 municipios. El analfabetismo fue erradicado del país y sus ciudadanos ya son tan fáciles de engañar con los cantos de sirena de los medios de comunicación de la derecha.
La salud se convirtió en un beneficio público al alcance de cualquier habitante, y esos servicios han salvado la vida de miles de personas o les ha devuelto la visión tras ser operados gratuitamente. La tasa de mortalidad infantil se redujo de 21,4 % en 1998 a 11,8 % en 2011.
El ciudadano de a pie comprendió que ante todas esas bondades entregadas por el gobierno bolivariano debía salir en masa a votar por el único presidente en la historia de la nación que ha gobernado para el bien de su pueblo. Por eso Chávez ganó y la derecha pro norteamericana salió trasquilada.

martes, 6 de diciembre de 2011

Para avanzar en Revolución: Defensa de la Autonomía Universitaria

Edwin Sambrano Vidal (especial para ARGENPRESS.info)

La autonomía universitaria es una conquista del movimiento popular. Es una conquista de la lucha revolucionaria en favor del pensamiento crítico, del conocimiento científico de la realidad y del ser humano en sus relaciones con esa realidad. Un gobierno revolucionario, basado en el pensamiento bolivariano y definido por el socialismo debe ser celoso de la defensa de la autonomía universitaria, como un espacio esencial para la creación del conocimiento, el debate de ideas y concepciones, la enseñanza y la investigación. Aunque consideramos que existen otros escenarios donde también debe producirse y se produce ese múltiple y complejo proceso de conocer, crear y aprender.


La Autonomía es base para el avance del saber.


Los que hemos hecho vida universitaria portando banderas e ideales revolucionarios dentro de un contexto socio-político capitalista, sabemos con toda certeza la significación de la Autonomía Universitaria, por cuya defensa sufrimos persecuciones y represión. Durante toda la historia de las luchas revolucionarias por una sociedad más justa y por la sociedad socialista, los estudiantes han jugado un papel de gran significación y la Universidad ha sido cantera de las ideas de libertad y justicia y un formidable espacio para la generación de las propuestas teóricas de cambio social y para el impulso de la organización y la movilización política del pueblo y de los trabajadores. Tal vez esto no lo sepan o no lo aprecien suficientemente quienes no tuvieron la oportunidad de ejercer la libertad de crítica y de debate en su proceso de formación intelectual por haberse educado en academias militares o en recintos de enseñanza confesional, autoritaria o restringida. En las Academias militares, en los Seminarios religiosos y en muchas Universidades Privadas y Públicas NO AUTONOMAS, no existe un verdadero proceso de creación del conocimiento y mucho menos el debate crítico de posiciones característicos de la universalidad del saber. En estos recintos o instituciones abundan los dogmas, se impone la obediencia ciega a la superioridad de seres divinos o a los rangos jerárquicos de una estructura inconmovible a la cual hay que someterse pasivamente.


El ejemplo: Principal medio pedagógico


Un Gobierno que se pretenda revolucionario debe alcanzar la convicción y la simpatía de los escenarios universitarios por la fuerza de las ideas y de las realizaciones. El mejor instrumento pedagógico es EL EJEMPLO. Con el ejemplo se harán posibles la confianza y la legitimidad que son pilares indispensables para que el proceso de creación y desarrollo del conocimiento se asuma con dedicación y certidumbre. De allí que las relaciones con la comunidad universitaria deben abordarse bajo las premisas del diálogo y el debate franco, crítico y autocrítico, la paciencia y la amplitud de horizonte, salvaguardando siempre la autonomía universitaria que permite el despliegue de las mayores y mejores capacidades.


Hacer avanzar la ciencia y la tecnología para mayor justicia social


No hacemos nada con producir egresados que obedecen como soldados las órdenes en una organización cerrada preestablecida, en vez de intelectuales capaces de comprender y organizar los elementos de la realidad para la formulación de nuevas disposiciones o normas, dentro de una organización cada vez más provechosa para la colectividad y para el manejo de las contradicciones y conflictos en función de la justicia social.


No hacemos nada con producir legiones y legiones de operarios con títulos universitarios que siguen manuales y repiten operaciones mecánicas, en vez de investigadores con capacidad de descubrir las íntimas y ocultas relaciones entre las cosas, los seres y los procesos para reformular tales relaciones alcanzando crecientes grados de soberanía científica y tecnológica.


No sirve de justificación, y ni siquiera de explicación el gasto universitario, para poner en práctica una política que afecte la Autonomía. Debe atacarse la ineficiencia, el despilfarro y la corrupción que afecten el presupuesto universitario, sin lesionar las bases de la Autonomía Universitaria, estimulando el debate y los procesos democráticos de elección y de organización participativa de los sectores de la comunidad universitaria dentro de las Universidades, incluso en las experimentales y oficiales como la UNEFA y la BOLIVARIANA y también en las numerosas UNIVERSIDADES E INSTITUTOS UNIVERSITARIOS PRIVADOS, para la defensa de los intereses de cada sector y para la evaluación y control de la administración y para la participación en la toma de decisiones, siempre con la mirada hacia la justicia social.


Aportes de la APUCV


La Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV) se ha caracterizado por la defensa de los intereses universitarios, no sólo de sus intereses particulares. Desde la APUCV se desarrolló una crítica demoledora de los gobiernos antipopulares de AD y Copei. Desde allí se ha contribuido por décadas a las luchas de los trabajadores y del pueblo con la solidaridad moral y material, y, como muro de contención de la represión gubernamental contra esos sectores en lucha. Desde allí se han propuesto alternativas frente a las políticas represivas y neoliberales de los gobiernos, desde Betancourt hasta Caldera II (1959-1998). La APUCV organizó la solidaridad en favor de los militares que encabezados por el ahora Presidente Chávez y sus compañeros, Arias, Urdaneta y Acosta, se rebelaron en 1992 contra la corrupción y la ineficacia del segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez. El auxilio intelectual, material y moral recibido por los militares rebeldes de parte de los profesores de la UVC fue vital
para darles una base programática a la acción, para la protección de su integridad física y el respeto de sus derechos y, en 1994,para su liberación de la cárcel por medida de gracia del entonces presidente Cadera.


El Gobierno debe corregir su conducta frente a las Universidades


La comunidad de la UCV ha denunciado múltiples hechos de lo que consideran agresiones de parte del Gobierno Nacional y ha organizado un Acto en defensa de la Universidad en el marco de la conmemoración del día del Profesor Universitario el 5 de Diciembre, bajo la consigna “LA UCV NO SE RINDE”.En una Declaración Pública de convocatoria expresan:


«Sin embargo, desde los aciagos días de la toma de la Sala de Sesiones del Consejo Universitario, en el año 2001, la UCV ha tenido que enfrentar la terrible paradoja de un gobierno que, luego de establecer la autonomía universitaria como norma constitucional, ha desplegado al mismo tiempo una de las más brutales y anti-universitarias políticas de agresión vistas en nuestro país en muchos años.


«Al ver sistemáticamente frustrados sus propósitos de doblegar a la universidad, el gobierno, de manera simultánea a la intensificación del cerco presupuestario, ha pasado al empleo de las más diversas formas de violencia a lo interno del campus. Esta violencia se ha objetivado en el uso recurrente de la intimidación y la amenaza en contra de autoridades académicas y miembros de la comunidad universitaria por parte de individuos y grupos simpatizantes de la “revolución”, llegando en no pocas ocasiones al uso de armas de fuego y a la destrucción del patrimonio de la universidad. El último de estos episodios tuvo lugar el pasado 15 de noviembre, cuando grupos de encapuchados lanzaron explosivos contra el Edificio del Rectorado e incendiaron dos automóviles pertenecientes a la UCV, mientras que otro grupo lanzaba bombas lacrimógenas en la Escuela de Derecho y en el sótano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.


«Como si todo lo anterior no fuera suficiente, cuando las autoridades de la UCV han intentado tomar medidas, en el marco de lo establecido en las normas internas y en la vigente Ley de Universidades, para mantener el orden y restablecer la normalidad de la vida universitaria, el gobierno ha aplicado para impedirlo el Allanamiento Jurídico de la Autonomía, por medio de un conjunto de sentencias del Tribunal Supremo de Justicia que sólo buscan favorecer y aumentar el control y la injerencia gubernamental sobre la universidad.»

Es, entonces, completamente razonable y necesario que el Gobierno Nacional corrija su conducta frente a las Universidades Autónomas para alcanzar un marco de relaciones mutuamente provechosas que beneficien: 1) Una educación de calidad en correspondencia con el proceso de desarrollo del país. 2) El mejoramiento de la calidad de vida de los profesores y 3) Perfeccionar las condiciones en las cuales se desenvuelve el proceso de enseñanza, debate e investigación. Ese acto debe ser el punto de partida para que el gobierno cambie su política y tome la iniciativa para superar el conflicto con la Universidad. Eso es lo que esperamos la mayoría de los venezolanos.

sábado, 1 de octubre de 2011

El singular camino de Cuba


Manuel E. Yepe (especial para ARGENPRESS.info)

“Las reformas emprendidas por el Partido Comunista de Cuba que fueran refrendadas por el Sexto Congreso difieren de las reformas soviéticas tanto como la playa de Varadero de la tundra siberiana”.

Así lo valoran los profesores estadounidenses Roger Keeran y Thomas Kenny, autores de un importante libro titulado “Socialism Betrayed” (Socialismo traicionado) en el que analizaron en 2010 las razones del colapso del Estado socialista, el desmembramiento de la Unión Soviética y el proceso de imposición del capitalismo “desde arriba” en los inicios de la última década del pasado siglo.

Keeran y Kenny comparan, desde la óptica marxista de ambos, la debacle soviética con el actual proceso de actualización del socialismo cubano y rechazan contundentemente a quienes han sugerido que el socialismo cubano está en problemas y que Cuba va por el camino de la URSS bajo Mikhail Gorbachev .

En artículo titulado “Whither Cuba? “(¿A dónde va Cuba?), publicado en varios medios alternativos de izquierda en lengua inglesa, los profesores Roger Keeran y Thomas Kenny explican que parten de los resultados de sus investigaciones para el libro que ambos escribieron acerca del socialismo traicionado en la URSS, así como de las experiencias de Keeran en dos viajes a Rusia bajo Gorbachov y las observaciones de ambos autores durante una reciente estancia en Cuba. Consideran que “las reformas cubanas expresan una política de lucha, no oportunista, contra las condiciones económicas existentes y el enfrentamiento con el imperialismo, el bloqueo y los efectos de la recesión mundial.

“Los cubanos muestran clara comprensión de las trampas en las que cayó la Unión Soviética y cómo evitarlas. Sin poner en peligro los logros tan duramente obtenidos. Sin sacrificar la unidad y la participación popular, ni los fundamentos del socialismo, están decididos a encontrar la nueva ruta de Cuba”.

Ellos afirman que la traición a la Unión Soviética consistió en el derrocamiento del socialismo y la fragmentación del Estado como resultado de cinco fenómenos concretos que no están presentes en el proceso cubano: 1) liquidación del Partido Comunista, 2) entrega de los medios de comunicación a fuerzas anti socialistas, 3) mayor privatización y orientación hacia el mercado de la economía planificada y la propiedad pública, 4) desencadenamiento del separatismo nacionalista y 5) capitulación ante el imperialismo norteamericano.

En opinión de los autores, “aunque se trate de dos países de muy diferentes contextos, historias, tamaños y peculiaridades nacionales, la construcción del socialismo está conformada por tendencias generales. Así como el capitalismo tiene problemas endémicos a través del tiempo y las fronteras, el socialismo en diferentes países enfrenta problemas similares. Las comparaciones, por tanto, son posibles”.

En los países socialistas la planificación y el control estatal pueden conducir a la burocracia; proporcionar empleo a todos puede contribuir a la ineficiencia; garantizar a todas las personas los fundamentos de una vida digna - educación, salud, alimentación, vivienda, ropa y cultura - puede conducir al racionamiento y a limitaciones en la calidad y la variedad de los bienes de consumo, lo que a su vez puede llevar al mercado negro.

Todos estos problemas existían en la Unión Soviética, y existen en la actualidad en Cuba, exacerbados en el último caso por el cincuentenario bloqueo de Estados Unidos, el derrumbe del bloque socialista en la Unión Soviética y Europa oriental y, recientemente, por las consecuencias de la recesión mundial de 2008.

En la superficie, las iniciativas de Cuba para enfrentar estos problemas pueden parecerse a algunas de Gorbachov en 1985-86.

Pero, debajo de esa superficie, las diferencias en los problemas y enfoques se muestran mayores que las similitudes.

Cuando Yuri Andropov y Gorbachov comenzaron a abordar en la década de 1980 los problemas acumulados del socialismo soviético, lo hicieron contra un telón de fondo histórico de sesenta años mucho más estresante y polémico que el financiamiento de los "disidentes", el patrocinio de los movimientos por la "democracia" y la incesante campaña ideológica que afecta a Cuba.

Esas tribulaciones nunca alcanzaron en la Isla la escala destructiva que sufrió la URSS, ni dejaron el grado de división interna que los cubanos han sido capaces de evitar mediante la preservación de la moral revolucionaria y la unidad nacional.

Cuba ve la construcción del socialismo como el cumplimiento del llamado de José Martí a la independencia nacional, en lucha contra el imperialismo colonial de España y de Estados Unidos.

Con irrebatibles argumentos, Keeran y Kenny destacan cómo los cubanos “están conscientes de la singularidad de su historia, de su situación actual y de lo que salió mal en la Unión Soviética”.


viernes, 9 de septiembre de 2011

ESPECIAL: La Batalla de Chile





La Batalla de Chile - Parte I: La Insurrección de la Burguesía


Salvador Allende pone en marcha un programa de profundas transformaciones sociales y políticas. Desde el primer día la derecha organiza contra él una serie de huelgas salvajes mientras la Casa Blanca le asfixia económicamente. A pesar del boicot --en marzo de 1973-- los partidos que apoyan a Allende obtienen el 43,4 por ciento de los votos. La derecha comprende que los mecanismos legales ya no les sirven. De ahora en adelante su estrategia será la estrategia del golpe de estado. “La Batalla de Chile” es un fresco que muestra paso a paso estos hechos que conmovieron al mundo.


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La Batalla de Chile - Parte II: El Golpe de Estado


Entre marzo y septiembre de 1973 izquierdas y derechas se enfrentan en la calle, en las fábricas, en los tribunales, en las universidades, en el Parlamento y en los medios de comunicación. La situación es insostenible. Estados Unidos financia la huelga de los camioneros y fomenta el caos social. Allende trata de llegar a un acuerdo con las fuerzas de la Democracia Cristiana, pero no lo consigue. Las propias contradicciones de la izquierda agravan la crisis. En Valparaíso los militares empiezan a conspirar. Un amplio sector de la clase media apoya el boicot y la guerra civil. El 11 de septiembre de 1973, Pinochet bombardea el palacio del gobierno.


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La Batalla de Chile - Parte III: El Poder Popular


Al margen de los grandes acontecimientos que narran los filmes precedentes ocurren también otros fenómenos originales, a veces efímeros, incompletos, que recoge la tercera parte. Numerosos sectores de la población y en particular las capas populares que apoyan a Allende organizan y ponen en marcha una serie de acciones colectivas: almacenes comunitarios, cordones industriales, comités campesinos, etc., con la intención de neutralizar el caos y superar la crisis. Estas instituciones, en su mayoría espontáneas, representan un “estado” adentro del Estado.


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miércoles, 11 de mayo de 2011

Ante los gobiernos progresistas: desafíos para una política socialista

"Podríamos decir que algunos gobiernos se recuestan más sobre las fuerzas represivas y otros hacen más hincapié en las medidas de integración social (...) En ambas circunstancias el Estado continúa siendo un aparato de dominación de las clases enemigas. Pero su política hacia las clases populares es distinta, por lo tanto, nuestra política debe contemplar esas variaciones. En los dos casos, consiste en demostrar que el problema de fondo es el sistema, pero las formas de encauzar la agitación y la propaganda necesariamente deben ser diferentes.". Por Alejandro Belkin.







En los últimos años, América latina se pobló de gobiernos que podemos denominar, en términos genéricos, progresistas. La Argentina no es una excepción, el gobierno de los Kirchner se ubica dentro de este contexto internacional. El nuevo panorama político ha generado y sigue generando intensas controversias. Caracterizaciones de las más diversas se enfrentan en un áspero debate. Por nuestra parte, sólo pretendemos sumar un modesto aporte a las polémicas en curso. Aunque nos vamos a referir casi exclusivamente al caso argentino, pensamos que muchas de las reflexiones aquí presentadas pueden contribuir a pensar otras realidades nacionales.

Ante el nuevo mapa político, en la izquierda surgieron dos actitudes contrapuestas. Por un lado, atraídos por el cambio de rumbo, encontramos un sector que apoya -con mayor o menor intensidad- las nuevas políticas impulsadas desde el Estado. Aunque muchos sostienen que aspiran a un cambio inmensamente más radical, afirman que estos gobiernos son lo más avanzado que se puede esperar en la actual coyuntura histórica. Sus argumentos se apoyan en un conocido diagnóstico del pasado reciente: las fuerzas populares han sufrido una dura derrota en los ‘90.

En este contexto, aseguran que estos gobiernos contribuyen a la recomposición del campo popular, aún con sus contradicciones. Desde esta perspectiva, las medidas adoptadas por el Estado, han logrado mejorar las condiciones de vida de las masas y han permitido el fortalecimiento de la organización obrera. Además, su discurso permitió la revitalización de paradigmas olvidados. En la vereda de enfrente, se afirma, sólo se encuentran los que quieren volver al pasado, con sus secuelas de hambre y represión. Entonces, sostienen con firmeza que oponerse al gobierno es hacerle el juego a la derecha. Por esa vía, se transforman en firmes defensores del gobierno.

Por otro lado, nos encontramos con aquellos que niegan que estos gobiernos hayan tomado alguna medida que pueda considerarse como progresista, argumentando que se trata de meros cambios cosméticos o exclusivamente discursivos. En el mejor de los casos, afirman que sus efectos en la realidad son mínimos e irrelevantes. Respecto a la política estatal hacia la conflictividad social, se esfuerzan en demostrar que no ha variado en lo sustancial y que sigue siendo esencialmente represiva. En otras palabras, el gobierno continúa, al igual que en los ’90, criminalizando la protesta social. Tampoco hay cambios substanciales en las condiciones económicas y sociales, los niveles de pobreza y distribución de la riqueza se mantienen inalterables. Por lo tanto, se priorizan los elementos de continuidad sobre aquellos que podrían considerarse disruptivos o novedosos.

Según nuestro criterio, pensamos que ambos análisis recaen en posturas unilaterales. Para introducir el problema que queremos presentar creemos provechoso recordar las diferentes formas que utiliza la clase dominante para mantener su predominio en la sociedad. Comencemos repasando algunos hechos de la historia argentina.


Represión y consenso

Son innumerables los casos donde el Estado argentino utilizó la represión contra las clases explotadas. En muchas ocasiones se ha mencionado este aspecto de la relación entre los trabajadores y el aparato estatal. Para citar sólo algunos ejemplos, la semana roja de 1909, la represión a la huelga del Centenario, la semana trágica en 1919, las matanzas en la Patagonia en la década del ‘20, el golpe del 30 y sus derivas represivas, el duro escarmiento a los huelguistas ferroviarios de 1950/1, las persecuciones, encarcelamientos y fusilamientos bajo el gobierno de Aramburu, el Plan Conintes aplicado por Frondizi, por supuesto, la dictadura militar de 1976 y un larguísimo etcétera.

Sin embargo, no fue la única política que desplegó el Estado hacia la clase obrera y los sectores populares. También hubo muchos casos donde se instrumentó, con mayor o menor énfasis, medidas que apuntaban a otorgar reformas o concesiones al pueblo trabajador, a cambio de conseguir su consentimiento. También aquí la lista es extensa, enumeremos sólo algunos casos. La reforma electoral de 1902 y la Ley Nacional del Trabajo de 1904, ambas impulsadas por Joaquín V. Gonzalez. En un caso permitió la incorporación de minorías al congreso nacional (Palacios) y en el otro se propuso la jornada laboral de 8 horas, entre otros beneficios para los trabajadores. Podemos mencionar también ciertas decisiones del gobierno de Yrigoyen, como su intervención en la huelga portuaria de 1916, que posibilitó el triunfo de la misma. Las políticas desarrolladas en la década del ’20 por los Lencinas y los Cantoni en San Juan y Mendoza respectivamente (salario mínimo, jornada laboral de 8 horas, voto para las mujeres). La política de Manuel Fresco en la provincia de Buenos Aires en los 30. Por supuesto, su máxima expresión llegará a partir de 1943 con el Peronismo. Entonces, fueron muchos los casos donde en lugar de (o combinada con) la represión violenta, los gobiernos recurrieron a propuestas conciliadoras con el movimiento popular, ya sea a través de reformas o concesiones. La Argentina cuenta con numerosos y recurrentes ejemplos en ese sentido.

Demás está decir, que no estamos rescatando este otro costado de la política estatal para embellecer a los aparatos de dominación. Nos importa dar cuenta de su existencia y de los desafíos que representan para una política socialista.


Evaluaciones políticas opuestas

Si hacemos hincapié sólo en el costado represivo del Estado, corremos serios riesgos de equivocar nuestra política y estamos contribuyendo al desarme ideológico y político de la vanguardia obrera y popular. Porque si solo esperamos represión de parte del Estado, cuando algún gobierno decide impulsar medidas de integración social, la desorientación política lo inunda todo. Muchos militantes se encuentran sorprendidos y desconcertados. 

En estos casos, la respuesta más habitual es la negación de la realidad, en lugar de revisar los esquemas habituales de análisis.

El error simétricamente opuesto, consiste en sobrevalorar las medidas progresistas de estos gobiernos. Quienes así lo hacen, suman su adhesión a estos gobiernos, impactados por sus políticas de integración social. Terminan confiando en el gobierno burgués, perdiendo de vista su carácter de clase y el del Estado. La asimilación de una fracción de la izquierda detrás la política de los gobiernos progresistas, representa un claro triunfo de la estrategia burguesa.

De acuerdo a lo dicho hasta aquí, podríamos decir que algunos gobiernos se recuestan más sobre las fuerzas represivas y otros hacen más hincapié en las medidas de integración social. Las razones de estas diferentes políticas son múltiples, dependen de un sinnúmero de factores y su estudio excede este breve escrito. Sin embargo, podemos afirmar, que en ambas circunstancias el Estado continúa siendo un aparato de dominación de las clases enemigas. Pero su política hacia las clases populares es distinta, por lo tanto, nuestra política debe contemplar esas variaciones. En los dos casos, consiste en demostrar que el problema de fondo es el sistema, pero las formas de encauzar la agitación y la propaganda necesariamente deben ser diferentes.


Los cambios en las formas de dominación

Si en determinados contextos, la utilización exclusiva de medidas represivas contribuye a desnudar el carácter del gobierno y el Estado como enemigos de las clases populares. Las políticas de integración, por el contrario, ayudan a desdibujar el perfil del aparato estatal como instrumento de dominación de los enemigos de clase. Por esta razón, el estudio de este último aspecto se vuelve mucho más importante. Demostrar que el Estado continúa siendo enemigo de los intereses populares, aun cuando apele a reformas o concesiones reales, es una tarea mucho más ardua y compleja. Por esa razón, merece ser estudiada con mucha mayor atención. Su negación o menosprecio no favorece a llevar claridad a la vanguardia proletaria.

Pero no se trata sólo de medir, con mayor o menor precisión, la combinación de los dispositivos de integración y coerción a los cuales recurre cada gobierno. El problema es mucho más intrincado.

La sociedad capitalista, en su evolución, ha desarrollado una densa trama de mediaciones sociales, que vinculan de una manera muy compleja al Estado con la sociedad civil. Los mecanismos de dominación se vuelven extremadamente más sofisticados. El sistema no se mantiene, exclusivamente a fuerza de represión, se recurre y se generan complejos instrumentos de dominación social. La sociedad se complejiza y junto con ella evolucionan las formas en que se ejerce la autoridad. Perry Anderson, en Las antinomias de Gramsci, dice en un pasaje: 
“En 1848, el estado es «rudimentario» y la sociedad civil es «autónoma» respecto a él. Después de 1870, la organización interna e internacional de los estados se hace «compleja y sólida», mientras que la sociedad civil, de forma similar, también se vuelve desarrollada. Es en este momento cuando aparece el concepto de hegemonía ...”.


Este divorcio entre un estado «rudimentario” y una sociedad civil embrionaria se fue evaporando con el desarrollo de la sociedad burguesa. Con el correr del tiempo, se fue construyendo una inmensa red de vasos comunicantes entre el estado y la sociedad civil. De esa manera, el Estado y el Sistema se han vuelto mucho más sólidos y flexibles al mismo tiempo. La ductilidad alcanzada por el sistema es mucho mayor de la que habían pensado los primeros marxistas. El régimen burgués se ha demostrado inmensamente maleable para recibir golpes y asimilarlos sin quebrarse. Esta es una de las principales conclusiones que debemos extraer del análisis de la lucha de clases del siglo XX.

Por otra parte, si como señala Anderson, pueden distinguirse los cambios que se produjeron entre 1848 y el período posterior a 1870, pensemos la distancia que separa a las formas de dominación de esa época con las que se practican en el presente. Las mutaciones que se produjeron en los diversos planos de la sociedad capitalista son inmensas. Sin embargo, en la izquierda, durante gran parte del siglo XX hemos seguido pensando y haciendo política “a lo bolchevique”. No me refiero a sus enseñanzas más profundas, las cuales considero que mantienen toda su validez, sino en sus aspectos más exteriores o superficiales. En otras palabras, es imposible aplicar las mismas formas de hacer política que los bolcheviques desarrollaron frente al zarismo, en la Rusia de comienzos del siglo XX y trasladarlas mecánicamente a la Argentina del siglo XXI. Porque el Estado, la sociedad civil, las clases sociales, el desarrollo de las fuerzas productivas, el adelanto de los medios de comunicación, las experiencias acumuladas por las clases y sus intelectuales, son completamente incomparables e inconmensurables.


La democracia burguesa y los gobiernos progresistas

El régimen de la democracia burguesa condensa, en gran medida, las múltiples problemáticas que estamos mencionando. La extensión de este sistema de gobierno produjo cambios fundamentales en las reglas del juego político, que no fueron simplemente epidérmicos. Por esa razón, se requiere de un estudio pormenorizado del funcionamiento de la democracia burguesa y las novedades que trajo aparejada en relación a gobiernos que, como el régimen zarista, se sustentaban casi exclusivamente en la coerción. En la izquierda marxista no hemos realizado una crítica acabada y tampoco hemos elaborado una respuesta política suficientemente sólida a la forma de dominación democrático-burguesa. Los gobiernos progresistas, al volcar la balanza hacia políticas integracionistas, no hacen más que poner el dedo en la llaga precisamente sobre este problema, desnudan -en toda crudeza- la ausencia de una reflexión profunda sobre las modernas formas de dominación.

El Estado tiene como objetivo supremo mantener las condiciones generales para la reproducción del sistema. Si reprime, lo hace con el objetivo de salvar o restablecer esas condiciones. El objetivo del Estado no es la represión de las clases trabajadoras, sino, mantener su sometimiento al capital. Insistimos, los mecanismos coercitivos son apenas un recurso más para conseguir su meta principal, mantener las condiciones que hacen posible la reproducción del sistema en su conjunto. Salvaguardar el régimen social basado en la esclavitud asalariada. Negar las políticas integracionistas -o menospreciar su importancia-, haciendo hincapié exclusivamente en la faceta represiva, no sólo constituye una deformación de la verdad histórica, sino que también resulta perjudicial para la política socialista.


Concesiones, ¿reales o ficticias?

Hemos visto, que un sector de la izquierda niega que los gobiernos progresistas hayan llevado adelante políticas beneficiosas para las clases populares. Sostienen que son meros ejercicios discursivos, “gesticulaciones populistas”. Detrás de estos análisis se esconde cierto mecanicismo en los razonamientos. Desde esa perspectiva, un gobierno burgués no podría jamás favorecer los intereses obreros, porque se trata de clases con intereses antagónicos. Sin embargo, la hegemonía no puede lograrse exclusivamente con promesas que nunca se cumplen o por medio de una pomposa oratoria. Tampoco la utilización de la propaganda y de los medios de comunicación son suficientes. Se requiere que las concesiones abandonen su carácter virtual y adquieran algún grado de materialidad. Al respecto, Gramsci decía: 
“El hecho de la hegemonía presupone que se tienen en cuenta los intereses y tendencias de los grupos sobre los cuales se va a ejercer la hegemonía, y que debe darse un cierto equilibrio de compromiso -en otras palabras, que el grupo dirigente debe hacer sacrificios de tipo económico-corporativos. Pero no hay duda de que aunque la hegemonía es ético-política, también debe ser económica, debe basarse necesariamente en la función decisiva ejercida por el grupo dirigente en el núcleo decisivo de la actividad económica”



Siguiendo a Gramsci, pensamos que la hegemonía presupone que la clase dirigente debe tener en cuenta los intereses de los grupos sobre los cuales se va a ejercer la hegemonía. Para tal fin, necesita hacer “sacrificios de tipo económico-corporativos”, es decir, no se construye hegemonía sólo con bellos discursos y una profusa propaganda. Porque como dice Gramsci: “aunque la hegemonía es ético-política, también debe ser económica”. A riesgo de hacer un salto demasiado grande -sin mediaciones- entre teoría y práctica. 


domingo, 8 de mayo de 2011

Rosario, el Primero de Mayo de 1890 y el Che Guevara

Un recorrido histórico que comienza con la lucha por las 8 horas diarias de trabajo, el origen del 1º de mayo y la detención y pena de muerte a la que se condenó a los dirigentes obreros de Chicago, para luego relatar la experiencia argentina en general y, particularmente, en la ciudad de Rosario. Además, por qué se pueden establecer coincidencias entre el 1º de Mayo de 1890 y Ernesto Che Guevara. Por Leónidas Ceruti, historiador.


La lucha por las ocho horas

¿Cuales son las causas que determinan la prolongación de la jornada de trabajo? No dependen, de la “maldad” del capitalista, ni de su escaso o abundante “espíritu cristiano”. Marx lo ha explicado claramente: “Como capitalista, él no es más que el capital personificado. Su alma es el alma del capital y el capital no tiene más que un instinto vital, el instinto de acrecentarse, de crear plusvalía, de absorber con su parte constante, los medios de producción, la mayor masa posible de trabajo excedente. El capital es trabajo muerto que no sabe alimentarse, como los vampiros más que chupando trabajo vivo, y que vive más cuando más trabajo vivo chupa. 

El tiempo durante el cual trabaja el obrero es el tiempo durante el que el capitalista consume la fuerza de trabajo que compró”.

“El capitalista se acoge pues a la ley de cambio de mercancías. Su afán, como el de todo comprador es sacar el mayor provecho posible del valor de uso de su mercancía. Pero de pronto se alza la voz del obrero, que había enmudecido en medio del tráfago del proceso de producción. La mercancía que te he vendido, dice esta voz, se distingue de las otras mercancías en que su uso crea valor, más valor del que costo. Por eso, y no por otra cosa, fue por lo que tú la compraste. Lo que para tí es explotación de un capital, es para mí estrujamiento de energías. Para tí y para mí no rige en el mercado más ley que la del cambio de mercancías. Y el consumo de la mercancía no pertenece al vendedor que se desprende de ella, sino al comprador que la adquiere. El uso de mi fuerza diaria de trabajo te pertenece, por tanto, a tí. Pero, hay algo más, y es que el precio diario de venta abonado por ella tiene que permitirme a mí reproducirla diariamente, para poder venderla de nuevo. 

Manifestación obrera en Chicago en el año 1886
 
Prescindiendo del desgaste natural que lleva consigo la vejez, etc., yo obrero, tengo que levantarme en condiciones de poder trabajar en el mismo estado de fuerza, salud y diligencia que hoy. Tú me predicas a todas horas el evangelio del “ahorro” y la “abstención”. En lo sucesivo, me limitaré a poner en movimiento, en acción, la cantidad de energía lo estrictamente necesario para no rebasar su duración normal y su desarrollo sano. Alargando desmedidamente la jornada de trabajo, puede arrancarme en un solo día una cantidad de energía superior a la que yo alcanzo a reponer en tres. Por este camino, lo que tú ganas en trabajo lo pierdo yo en sustancia energética. Una cosa es usar mi fuerza de trabajo y otra muy distinta desfalcarla. Es como si me pagases la fuerza de trabajo de un día empleando la de tres. Y esto va contra nuestro contrato y contra la ley del cambio de mercancías. Por eso exijo una jornada de trabajo de duración normal, y al hacerlo, sé que no tengo que apelar a tu corazón, porque en materia de dinero los sentimientos salen sobrando. Podrás ser un ciudadano modelo, pertenecer acaso a la liga de protección de los animales y hasta vivir en olor de santidad, pero ese objeto a quien representas frente a mí no encierra en su pecho un corazón. Lo que parece palpitar en él son los latidos del mío. Exijo, pues, la jornada normal de trabajo, y, al hacerlo, no hago más que exigir el valor de mi mercancía.” (1)

La Asociación Internacional de Trabajadores, fundada en 1864, en su Iº Congreso adopto esta resolución “considera la reducción de las horas de trabajo como el primer paso con vistas a la emancipación obrera. En principio el trabajo de 8 horas diarias debe considerarse suficiente. No habrá trabajo nocturno, salvo en casos previstos por la ley”. (2)

Era necesario evitar la degradación física, moral e intelectual del proletariado, y por eso la Primera Internacional continuó levantando como consigna “Ocho horas de trabajo, ocho horas de esparcimiento y estudio, ocho horas de descanso”.

La policía ataca la manifestación obrera en Haymarket, Chicago, en 1886

El origen del 1º de Mayo

Los Estados Unidos en su desarrollo industrial sometían a las masas trabajadoras a una jornada indefinida, bajos salarios, y en varias ciudades el trabajo se daba la forma del “track system” (pago del trabajo en productos). En 1850 se crearon las “Grandes Ligas de Ocho Horas” en los principales centros industriales, y fue durante el Congreso General de Baltimore, en mayo de 1866 donde se reclamó la jornada de 8 horas con una proclama: “La primera y gran necesidad del presente, para liberar al trabajo de este país de la esclavitud capitalista, es la promulgación de una ley por la cual la jornada de trabajo debe componerse de ocho horas en todo el Estado de la Unión americana...” (3)

El movimiento huelguístico fue en ascenso y encontró una respuesta en el diario New York Times, que expresó que “Las huelgas para obligar al cumplimiento de la jornada de 8 horas pueden hacer mucho para detener la industria, disminuir el comercio y frenar la reciente prosperidad del país, pero no podrán lograr su objetivo”. (4)

El 1º de mayo de 1886, fueron a la huelga más de 300.000 trabajadores. En Chicago, participaron los obreros de toda la ciudad, especialmente los de la fábrica de maquinarias agrícolas Mac Cormic. El 3 de mayo se concentraron varios miles de huelguistas, y una provocación sirvió de pretexto para que la policía ametrallara la asamblea, produciéndose 6 muertos y cincuenta heridos entre los obreros.

 
Gráfica homenajeando a los anarquistas detenidos y condenados
Al día siguiente, en un acto en el que participaron más de 15.000 trabajadores, la policía disolvió violentamente el acto, luego que una bomba que explotó entre los policías mató a un agente. El ametrallamiento de la multitud dejó 38 muertos y 115 heridos. Luego los principales dirigentes obreros fueron detenidos y condenados a muerte en una farsa que llamaron “juicio”: George Engel, Michael Scwab, Lous Ling, Adolph Ficher, Samuel Fielden, Hessois Auguste Spies, Oscar Neebe y Albert R. Parsons.

Unos días antes de la ejecución, se conmutó la pena de muerte por la de prisión perpetua a Michel Seawab, periodista y a Samuel Fielden, ex predicador metodista, mientras que Oscar Neebe fue condenado a 15 años de trabajos forzados. Otro de ellos, Louis Ling, apareció “suicidado” en su celda por la explosión de un cartucho de dinamita colocado en su boca a modo de cigarro. Los que murieron en la horca el 11 de noviembre de 1887 fueron los cuatro restantes: Albert Parsons, periodista, Adolfo Fischer, tipógrafo, George Engels, tipógrafo, y Augusto Spies.
Posteriormente, el 14 de julio de 1889, precisamente el día conmemorativo del centenario de la toma de la Bastilla durante la Revolución Francesa, se inició en París un Congreso Obrero y Socialista al cual asistieron cerca de 390 delegados, de 20 países, de Europa, de EEUU y por los obreros argentinos, concurrió el maestro socialista, Alejo Peyret.

La inauguración tuvo lugar en la sala Petrelle, adornada con un cartel donde se proclamaba “¡Proletarios de todos los países, unidos!”. A la vez como una prueba del anhelo de unidad a escala internacional que animaba a los delegados, fue la decisión y el entusiasmo con que se proclamó al 1º de Mayo como Jornada Internacional de lucha de la clase obrera. La resolución puntualizaba “Se organizará una gran manifestación internacional con fecha fija, de manera que en todos los países y ciudades a la vez, el mismo día convenido, los trabajadores intimiden a los poderes públicos a reducir legalmente a 8 horas de trabajo...”. (5)

La organización en la Argentina

El Club Verein Vorwarts, que agrupaba a los socialistas alemanes en Buenos Aires, decidió organizar la protesta, invitando a las organizaciones obreras del país a una reunión para el domingo 30 de marzo de 1890.

Una de las primeras celebraciones del 1º de Mayo en Buenos Aires
 
El listado de algunas organizaciones que adhirieron a la convocatoria nos dan una idea del movimiento obrero de la época fueron: Club Vorwarts, Sociedad Internacional de Carpinteros, Tipógrafos Alemanes, Sociedad Cosmopolita de Oficiales Sombrereros, Asamblea General de Obreros Alemanes, Círculo Socialista Internacional, Centro Republicano Italiano, Alianza Republicana, Sociedad Escandinava Norden, Sociedad Figli del Vesubio, Circulo República T. Componelen, Sociedad de los Países Bajos, Unione Calabresa, Sociedad Italia Unita, Circulo Republicano G. Mazzini, Confederación Obrera Sud-Americana de La Plata, Unione e Benevolenza de 25 de Mayo, Unione e Fratelniza de Lobos, Societá de Socorros Mutuos Italiana de Chivilcoy, Societa Forze Unite de Pergamino, Societá Italina Roma de Capilla, Asamblea Internacional de Rosario, y Asamblea Internacional de Santa Fe.

Durante esa jornada se decidió: convocar al proletariado para realizar distintos actos el 1º de Mayo, crear una federación de obreros, un periódico para defender los intereses de la clase obrera, y elevar al Congreso Nacional un petitorio reclamando leyes laborales, y un “Manifiesto a los Trabajadores Argentinos”. (6)

Concentración, marcha y acto en Rosario

Hacia la última década del siglo XIX, en Rosario existían distintos agrupamientos gremiales, mutuales, que estaban integradas por ladrilleros, ebanistas, estibadores, alpargateros, mosaistas, talabarteros, panaderos, albañiles, pintores, carpinteros, sastres, fideeros, constructores de carruajes, marmolistas, cocheros.

Anarquistas y socialistas se reunían en el café “La Vieja Bastilla” o “La Bastilla” en calle Rioja entre Libertad (Sarmiento) y Progreso (Mitre), en donde funcionaba la Asamblea de Internacionalistas franceses, italianos, alemanes, austriacos y españoles. Recibida la invitación para asistir a la convocatoria del Club Worwarts, se designó a Virginia Bolten y Rómulo Ovidi, para representarlos.

 
Manifestación anarquista por las 8 horas en Rosario
Con los días los encuentros aumentaron para organizar la manifestación y el acto. Concurrían anarquistas y socialistas, y la policía que vigilaba a quienes asistían a las tertulias, en uno de sus informes advirtió al gobierno provincial que: “se habían incrementado las reuniones de unos gringos extravagantes que usan corbata negra, moño volado y lucen frondosos bigotes”.
El día previo al gran acto fue detenida Virginia Bolten por distribuir el Manifiesto del Comité Internacional de Buenos Aires, y el sumario policial destacó que había sido “demorada” por distribuir propaganda anarquista entre los trabajadores de la Refinería Argentina, atentando contra el orden social existente. El gobernador dio instrucciones de no molestar a los obreros.

La plaza López fue el lugar elegido para la concentración, y desde las 11hs los manifestantes se fueron acercando portando carteles “negros con letras rojas”, uno de ellos con esta inscripción “1º de Mayo de 1890-Fraternidad Obrera Universal”. La columna de 1000 manifestantes partió “custodiada por seis bomberos a caballo con sus flamantes Rémington”, y debió cambiar el recorrido original debido a la lluvia y lo hizo “por la calle Comercio (Laprida) hasta Mendoza, luego tomaron por la calle Buenos Aires y desde allí hasta la plaza 25 de Mayo, cuyos contornos recorrieron siguiendo por Córdoba, San Martín, San Luis, Entre Ríos, hasta Urquiza”, y se congregaron en la Quinta Hutteiman (que era usada por los circos que visitaban la ciudad, las crónicas destacan que el último fue el Frank Brow). (7)

En ese sitio se desarrolló el acto, donde expresaron las demandas proletarias Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen, Rafael Torrent, Paulino Pallas, y Virginia Bolten.

Virginia Bolten (Fuente: Museo de la Ciudad de Rosario)
 
Las crónicas periodísticas destacaron que “Los oradores se expresaron en varios idiomas, y la responsabilidad y el buen criterio de los mismos llamando al orden y la moderación permitieron que el acto transcurra en un ambiente pacífico”. Rafael Torrent dijo: “Siendo la Argentina un país democrático por excelencia, debe apoyar el progreso y el desarrollo de cuanto tienda al mejoramiento de la clase obrera, y que debía solicitarse a los representantes de la Patria, la sanción de los acuerdos del Congreso Obrero de París”. A su turno, Juan Ivaldi “en el bello idioma del Dante pronunció un discurso sobre el derecho de gentes y encomendó a los obreros calma tranquilidad, instrucción, templanza, unión y solidaridad”, y explicó qué había sido el Congreso de Obreros de París, señalando que “el 1º de mayo constituía un hecho único en la acción de los trabajadores por sus reivindicaciones sociales, y hemos constituido una sucursal del Comité Obrero Internacional (...)”.

A continuación se dió lectura al Manifiesto aprobado en Buenos Aires, para ser difundido en los actos y cuyo petitorio se entregó al Congreso Nacional, el cual analizaba la situación del país y de la clase obrera, proclamando en unos de sus párrafos “Unámonos al fin, levantemos en masa nuestra voz, manifestemos que estamos arrastrando grillos y cadenas que las sentimos. Hagamos evidente ante todo el mundo que estamos oprimidos, explotados, sin amparo y sin protección de las leyes. Liguémonos como hombres, pidiendo nuestros derechos y como tales veréis, como al fin, tarde o temprano, nos oirán bien, dándonos los debidos respetos. Esta petición a la cual os invitamos a todos los trabajadores de la República, a aprobar y firmar con su nombre en los respectivos pliegos dirigidos en tal manera por millares de habitantes a la suprema autoridad del país, debe ser el primer paso eficaz en la unión de nuestras fuerzas, en la ilustración de nuestras inteligencias y en la conquista de los derechos, de la posición política y social que merecemos como obreros y ciudadanos”. (8)

Finalmente, la activista Teresa Marchisio leyó las resoluciones del Congreso Obrero de París.

Posteriormente, la columna se dirigió al café “La Bastilla”, para celebrar y brindar por el acontecimiento. Se resolvió conformar un Comité Provisorio y que se organizaran distintos comités por nacionalidades enviándose a Buenos Aires el siguiente telegrama “Al Comité Internacional de Buenos Aires, Comercio 880: los obreros de Rosario reunidos en números de 1000 festejamos el 1º de Mayo. Orden del día: Solidaridad con el Congreso Internacional Obrero. Tiempo malo. Demostración imponente. Orden, tranquilidad y animación. Comité provisorio”. (9)

La Capital editorializó sobre lo acontecido titulando “La fiesta universal de los obreros”, expresando: “El día de ayer era el elegido por los obreros de todos los países para hacer una manifestación internacional. Este bello ejército que defiende el bello ideal de la democracia sublevándola contra el antiguo y feudal orden de cosas, conseguirá a fuerza de la lucha pacífica y perseverancia, el triunfo de su causa, cimentando las bases de una nueva era de paz y prosperidad. No es el socialismo brutal que pretende oponerse con la fuerza, el que ayer se reunía bajo el pabellón negro de la “Fraternidad Universal”, no, era en su mayoría el gremio obrero, que tranquilo y sereno festejaban el día 1º de Mayo, adhiriéndose al programa lanzado por sus hermanos de la vieja Europa, constituyéndose en comité, justos pedidos, que responden todos, a la instrucción y mejoramiento de la situación de la clase obrera”. (10)

Así los trabajadores de Rosario, protagonizaron una gran manifestación congregando a 1000 personas, una cifra considerable para la época. En nuestro país, se realizaron tres actos más, en Buenos Aires, Chivilcoy y Bahía Blanca. Era la primera vez que en los lugares más diversos del mundo al unísono se sucedieron paros, huelgas generales, y marchas.

El 1º de Mayo de 1890 y el Che Guevara

Muchos se preguntaran que relaciones pueden existir entre el 1º de Mayo de 1890 y el “Che” Guevara. Consideramos que son varias las coincidencias que los vinculan.

 
El Che Guevara impulsando los programas de producción de la revolución cubana
Por una parte, a través de los años a los grandes revolucionarios y sus ideas, los sometieron a constantes persecuciones, acogieron sus doctrinas con la furia más salvaje, con campañas de mentiras y calumnias Después de su muerte se intentó convertirlos en íconos inofensivos, canonizarlos, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria, castrando el contenido de sus postulados.

Olvidan, relegan a segundo plano, tergiversan el aspecto transformador de sus acciones, de sus conceptos, y hacen pasar a primer plano, ensalzan lo que es o parece ser aceptable para los gobernantes de turno. A esa opinión, que refleja un hecho que la historia se ha encargado de repetir, podemos agregar que también ha pasado con el contenido de las fechas y los acontecimientos históricos, que rememoran importantes logros de los pueblos. Ejemplo claro lo constituyen por un lado el “Che” Guevara y por el otro el “1º de Mayo”.

Al primero se lo ha querido convertir en un mito inofensivo, en un símbolo en las remeras, en canciones que lo evocan, recuerdos de viajes, ocultando su vida, acciones, ideas, escritos, discursos. Mientras que al 1º de Mayo se lo ha intentado por todos los medios vaciarlo del contenido de lucha, de reclamos, que tuviera en su origen, como “Día de Lucha Internacional de la Clase Obrera”, y que sea una jornada de fiesta, feriado, o de descanso.
Otra de las casualidades que señalamos es que el acto del 1º de mayo de 1890, luego de partir de Plaza López y recorrer las calles céntricas, se realizo en el baldío ubicado en la esquina de Urquiza y Entre Ríos, y con los años en esa esquina viviría durante un tiempo el “Che”.

Si existía un lugar donde pasar sus primeros meses de vida el legendario revolucionario, era esa zona. ¿Por qué?, sería la pregunta y la respuesta es que en fue en ese sitio donde anarquistas y socialistas habían proclamado los reclamos de los trabajadores en 1890 y de la necesidad de la construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados. Y muchos años después, por esos ideales luchó y dió la vida Ernesto Guevara.

Che Guevara como ministro de Industria de Cuba

Además, aquel primer acto estuvo plagado de internacionalismo, desde sus organizadores, anarquistas y socialistas que se habían reunido en la Asamblea Internacional de Rosario; pasando por los asistentes, el origen de los oradores y los idiomas en que se expresaron, hasta el reclamo de las 8 horas para los trabajadores del país y el mundo.

Y si algo caracterizo al “Che” en su accionar fue su internacionalismo. Desde muy joven recorrió los caminos de América Latina, y conoció los problemas de sus pueblos, luchó por la liberación de Cuba, luego lo hizo en África, junto a los congoleños, se solidarizó con el pueblo de Argelia, de Vietnam y encontró la muerte combatiendo en Bolivia.

Otra similitud es que desde 1890 hasta la actualidad en Rosario, Argentina y el mundo nunca se dejó de conmemorar el 1º de mayo. Se lo hizo en las calles, plazas, cines, teatros, escuelas, colegios, en la clandestinidad o en forma festiva, violenta o pacifica, legal o ilegal, oficialmente o en la oposición; con actos, marchas, obras de teatro, conferencias, festivales artísticos, misas con bendiciones de herramientas, tratando de superar récord de producción, competencias deportivas. Y debemos preguntarnos ¿Por qué al 1º de Mayo se lo sigue evocando año tras año desde su origen de muy variadas formas? Porque los trabajadores ese día hacen sentir con más fuerza sus reclamos. Además, como acontecimiento social, no existe una fecha simbólica y conmemorativa que haya adquirido tal repercusión a nivel mundial.

Y al “Che” Guevara desde su asesinato en Bolivia, nunca se dejó de recordarlo. Desde ese día su figura fue creciendo, su ejemplo recorrió y recorre el mundo cada vez con más fuerza, y va pasando de una generación a otra. Y también cabe preguntarse ¿por qué sucede? Por que su vida fue de compromiso y entrega total, donde las ideas y las acciones se unieron por la construcción de una sociedad socialista.

Che Guevara como ministro de Industria de Cuba
 
Los obreros de Rosario el 1º de mayo de 1890 leyeron el petitorio que se entregó al Congreso Nacional, con estos reclamos: limitación de la jornada de trabajo a un máximo de ocho horas para los adultos; prohibición del trabajo de los niños menores de catorce años y reducción de la jornada a seis horas para los jóvenes de ambos sexos de 14 a 18 años, abolición del trabajo de noche, prohibición del trabajo de la mujer en todos los ramos de industria que afecten con particularidad al organismo femenino, abolición del trabajo de noche de la mujer y de los obreros menores de 18 años, descanso no interrumpido de treinta y seis horas, por lo menos cada semana, para todos los trabajadores, prohibición de cierto género de industrias y de ciertos sistemas de fabricaciones perjudiciales a la salud de los trabajadores, supresión del trabajo a destajo y por subasta, inspección minuciosa de talleres y fábricas por delegados remunerados por el Estado: elegidos, al menos la mitad, por los mismos trabajadores, obligación de todos los trabajadores de declarar y admitir a las obreras como a compañeras, con los mismos derechos, entera libertad de coalición y conciliación.

El “Che” Guevara, sin duda hubiese rubricado con su firma lo solicitado por los trabajadores en 1890, y junto a ellos hubiese entonado aquella “Canción de las ocho horas”, que reclamaban el tiempo libre que no tenían: “Ni una hora para pensar/ Queremos sentir el calor del sol/ Queremos oler las flores/ Estamos seguros que Dios así lo quiere/ Y vamos a conseguir las ocho horas/ Ocho horas para lo que se nos dé las ganas”.

Leonidas Ceruti, historiador

Referencias:
1.-Carlos Marx, El Capital, Tomo I, pág. 179, Editorial Fondo de Cultura.
2.-Carlos Marx, “Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores”, Obras escogidas, pág. 10-11, Editorial Progreso, 1974.
3.-Dommanget, Maurice, “Historia del primero de mayo”, pág. 29. Editorial Americalee, Buenos Aires, 1956.
4.-El Periodista, Nº 86, mayo 1986, pág. 16-17.
5.-Protokoll des internationalen Arbeiter-Kongresses zu París, pág. 121.
6.-Iscaro, Rubens, “Historia del movimiento sindical”, Tomo 3, pág. 89 . Editorial Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1974.
7.-El Municipio, 2 de mayo de 1890, página 1, La Capital, viernes 2 de mayo de 1890, pág. 2.
8.- El Municipio, 2 de mayo de 1890, página 1, La Capital, viernes 2 de mayo de 1890, pág. 2.
9.- El Municipio, 2 de mayo de 1890, página 1, La Capital, viernes 2 de mayo de 1890, pág. 1.
10.- La Capital, viernes 2 de mayo de 1890, pág. 1.