miércoles, 7 de marzo de 2012

Educación: El “relato” sube y el presupuesto baja

Por primera vez luego de siete años caen los fondos destinados a la educación: el gobierno nacional ofrece 19,65% para el mínimo, significando un claro ajuste. A su vez, los acuerdos producidos hasta ahora -como en la Ciudad de Buenos Aires, Salta o Neuquén- van a la par o por debajo de la inflación. Mientras, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en su mensaje al Congreso del 1º de marzo, sostuvo que los docentes “gozan de estabilidad laboral, trabajan cuatro horas por día y tienen tres meses de vacaciones”, afirmaciones que han molestado e indignado a los docentes. Informe: Plaza de Mayo



“6,47”...


Desde hace ya un año y medio, en todo discurso gubernamental relativo al gasto en Educación, Ciencia y Técnica, aparece la cifra del 6,47% del PBI como la inversión de los gobiernos en sus distintos niveles (el aporte del Estado Nacional es de apenas el 29%) para el área.


El 8 de septiembre de 2010 anunciaba Cristina Kirchner que hoy destinamos el 6,47% del PBI. Desde entonces la cifra se repitió en innumerables discursos, como el realizado en la apertura de la XX Cumbre Iberoamericana en diciembre de 2010 frente a representantes de 27 países -en donde también sostenía, contradiciendo los datos oficiales, que la matrícula educativa había crecido “muchísimo”, y de la misma forma y contradiciendo además sus propios discursos anteriores, disminuía a la mitad el gasto educativo realizado en 2002, para así exagerar las cifras de su gestión.


Lo mismo ocurrió en las propagandas para la reelección presidencial. El 10 de diciembre de 2011, el ministro de Educación Sileoni anunciaba estar“cumpliendo un año (sic) de un PBI de 6,47 por ciento, y ésta es una política que se va a profundizar”. El 24 de Enero de 2012, el vicepresidente Boudou y el ministro de Economía Lorenzino presentaban el resultado primario del Sector Público Nacional en 2011, en donde se refieren a una inversión de 6,5% del PBIpara el sector. En su discurso del 1º de marzo, Cristina Kirchner insistió con el “6,47”, mientras lanzaba varias criticas a los docentes.




...6,23


El Ministerio de Educación dio a conocer recientemente su último informe sobre gasto educativo, en donde figura en verdad para 2009 un gasto consolidado del 6,46% del PBI, y para 2010, el “hoy” de varios discursos y último dato disponible, la inversión en Educación, Ciencia y Técnica descendió al 6,23% del PBI. Lo destinado cayó un 3,56% en otro año de crecimiento “a tasas chinas”. Para que en 2010 se hubiera mantenido el porcentaje de 2009, hubieran sido necesarios otros 3.285 millones de pesos.


La planilla oficial se publicó hace poco días en la web de la Coordinación General de Estudio de Costos del Sistema Educativo del Ministerio de Educación, menciona estar actualizada a septiembre de 2011 y pese a su reciente publicación, el archivo PDF disponible tiene fecha del 27 de octubre de 2011. Un hecho llamativo es que la cifra que figura como total para 2010, 90.948,5 millones, no se obtiene de la suma de los gastos de Nación y las jurisdicciones (cuyos datos en ambos casos provienen de sumas previas que sí se han realizado correctamente, como se observa en otras tablas), así como tampoco equivale al porcentaje del PBI mencionado. El total es en realidad de 89.857,7 millones de pesos. Casi el 10% de aquel, $8.886.295.572, son subsidios a la educación privada.


La planilla disponible anteriormente contaba con la información hasta 2009 y los cambios respecto a la actual han sido mínimos: se actualizó la inversión de 2008 de 5,79% a 5,78% del PBI, y la de 2009 de 6,45% a 6,46%. Llamativamente, en ningún caso fue del repetido “6,47%”.


Por primera vez luego de siete años caen los fondos destinados a la educación.


En un artículo anterior estimábamos la caída en el gasto público en Educación, conocida ahora de forma oficial. En 2009 había subido fuertemente, en gran parte debido a que el gasto público se sostuvo pese al impacto de la crisis internacional en tal año (caída real del PBI).


Un fenómeno parecido ocurrió en 2001: mientras caía el PBI, el gasto en Educación alcanzaba su mayor valor hasta entonces, con el 5,05% del PBI. Así, trazábamos una comparación en donde “mientras que en 2009 se invirtió un 63,6% más que en 2003 y un 28,6% más que en 2001, observamos que durante la década menemista creció un 63% más que en 1989 (punto inferior durante la hiperinflación) y un 27,6% más que en 1987 (pico anterior)”.


Siguiendo con las comparaciones y sin introducirnos en las cuestiones de hacia qué sectores específicos (privados, subsidios de CyT también a privados, fuerzas de seguridad, reformulación de contenidos y objetivos al servicio del mercado, etc.) van los fondos, además del verdadero factor detrás de los aumentos a la educación, la cantidad innumerable de huelgas y protestas que -represiones y ninguneos oficiales mediante- se repiten año a año, las últimas tres décadas se caracterizan por una tendencia ascendiente en el gasto educativo (veáse las Series del Gasto Consolidado, con la salvedad de que suman a Educación, Ciencia y Técnica el área de Cultura), pasando por caídas durante las crisis económicas.


Son pocos los años en donde el gasto educativo cae respecto al anterior: 1982, 1988-9, 1995, 2002-3, 2010 (aquí y en 1995 se trata de caídas leves, en el resto son caídas considerables). Para 2011 no se conocen todavía cifras estimadas del gasto educativo, es posible que haya habido una leve suba respecto a 2010 pero sin alcanzar el porcentaje de 2009.




Paritarias 2012


En ese marco de situación se realizan las negociaciones salariales entre los gremios docentes y las autoridades nacionales y también provinciales. Los acuerdos producidos hasta ahora van a la par o por debajo de la inflación. En Salta se acordó un 22% en cuotas, en Neuquén un 17% en cuotas (más la posibilidad de reapertura de la discusión en el segundo semestre; tener en cuenta que el organismo oficial de estadísticas neuquino midió una inflación de 28,72% en 2011).


En medio de las negociación salarial de los docentes de la Ciudad de Buenos Aires, el ministro de Educación porteño Bullrich indicaba, al justificar su oferta de un 20%, que “tomando el índice que presentó la oposición en el Congreso, que es de un 19 por ciento (NdR: en realidad fue del 22,81%, similar al “IPC-7 provincias” calculado por sectores del oficialismo), les estamos dando un poco más de eso y el docente con esa oferta no pierde su poder adquisitivo”. Finalmente acordaron un 23% para el sueldo inicial.


En Mendoza las autoridades dictaron una conciliación obligatoria (el gobierno actúa por tanto como “parte” en las negociaciones y a la vez “juez”). El gobernador kirchnerista “Paco” Pérez declaró que “el paro es político” y defendió la decisión de descontarle el día a los docentes (allí el paro tuvo un 95% de adhesión).


El ministro de Educación Nacional Alberto Sileoni había adelantado que “la oferta del Gobierno será del 18%” (Clarín 27/1), pese al reclamo de los gremios por un aumento del 29%. Los gremios denunciaron además una rebaja en el Fondo Nacional de Incentivo Docente de 255 a 215 pesos. Luego de 5 reuniones, el gobierno nacional ofrece 19,65% para el mínimo, porcentaje por debajo de la inflación, significando un claro ajuste.


El 28 de febrero se realizaron paros en 7 provincias, abarcando a más del 60% de las clases que comenzaban ese día. Sileoni declaró por esas horas que se trataba de una “salvajada” y que “no se puede empezar una discusión con un paro”, desconociendo todas las reuniones previas de las que participó él mismo -y sin considerar la queja previa de los docentes por la convocatoria tardía a las paritarias. Alguno podría sospechar que fue con el propósito de echarle la culpa a los docentes. El oficialista Página/12 titulaba, con recuadro en la tapa, “Un poco más de vacaciones” respecto al reclamo docente. La agencia Telam venía presentando las negociaciones como exitosas y señalaba que el Incentivo Docente “asciende a 215 pesos”, llamativa utilización del verbo ascender justo frente a la reducción ya mencionada.


Recordemos que en medio de la escandalosa suba de más del 100% en los ingresos de diputados y senadores, el ahora diputado y ex ministro Julián Domínguez se atajó indicando que los ministros, como Sileoni, ganan $44.000.


En los medios se suele referir el aumento salarial para el “docente que inicia”, pero además es necesario observar todas las escalas salariales, las sumas en negro y en “gris”, el impacto por la inmovilidad de los techos para cobrar las asignaciones familiares y los mayores pagos por el impuesto a las ganancias. El secretario general de Aten Capital (Neuquén), Daniel Huth, señalaba que el acuerdo provincial promocionado como del 17% de aumento “baja a medida que los compañeros tienen más antigüedad llegando hasta el 15 por ciento”.


En el mismo sentido, el ex director de Educación de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto (para quien el escrache es “un procedimiento fascista”), se mofaba hace dos años de las declaraciones exitistas de la dirigencia sindical docente: “No hay que ser engañosos porque a mí me parece que no es de buena fe agitar un aumento salarial del 24 por ciento, porque el aumento salarial (propuesto) es de entre el 17 y el 18 para toda la carrera” (Crítica 24/2/2010).


Las remuneraciones a los trabajadores de la educación representa la absoluta mayoría del gasto educativo. La lógica de cualquier acuerdo salarial beneficioso para los trabajadores no sólo tiene como objetivo igualar una inflación considerable -pero además incierta dados los aumentos de tarifas en las vísperas-, sino como mínimo igualar asimismo el crecimiento de la economía, dado que caso contrario se reduce la porción en la “torta” del PBI en beneficio de otros sectores, redundando por lo tanto en otra baja del gasto educativo.




El discurso de Cristina


En su mensaje al Congreso del 1º de marzo, la presidenta mencionó tener “un gran aprecio por todos los docentes”, para luego embestir contra ellos duramente. Justificó la oferta salarial de su ministro de Educación, que siendo menor a la inflación implica una baja del poder adquisitivo. Planteó que el Incentivo Docente “es regresivo en su distribución porque llega lo mismo al docente que cobra 2.300, 8.000 o 9.000 pesos”.


Al ser un monto fijo, en verdad implica distintos porcentajes según el ingreso. Su crítica por tanto busca achatar más las escalas salariales y que los que actualmente ganen más (sea por antigüedad o también por vivir en provincias en donde la canasta familiar es muy elevada, como la presidenta bien conoce que sucede en Santa Cruz) pierdan en negociaciones posteriores todavía más frente a la inflación. Recordemos que los diputados justificaron el aumento del 100% en sus dietas ya que su labor sería muy importante, ¿y la labor de los docentes?


La crítica contra el Incentivo, que “debió haber desaparecido” según Cristina, tiene otra implicancia: aquel significa la segunda partida más importante para la educación del gobierno nacional (luego de lo destinado a la educación superior), ¿de dónde saldrían los fondos que reemplacen, al menos para un sector (según el planteo de Cristina), al actual Incentivo Docente? ¿de las provincias o de la nación?


El peor ataque se produjo cuando Cristina Kirchner sostuvo que los docentes “gozan de estabilidad laboral, trabajan cuatro horas por día y tienen tres meses de vacaciones”, afirmaciones completamente falsas que han molestado e indignado a los docentes. Sólo una parte tiene estabilidad laboral, el resto no están titularizados.


En el caso de los docentes universitarios, la CONADUH denuncia que “más del 70% de la planta docente trabaja como interinos, contratados, ad-honorem, etc., sin concursos y sin las mínimas garantías de estabilidad laboral ni posibilidad de ascender en una carrera docente. Las vacaciones son de 30 días, si fueran de 3 meses como supone Cristina, hubiera sido imposible empezar las clases en febrero, por no hablar de todos las actividades que se realizan en las escuelas durante todo febrero y también hasta fines de diciembre cada año.


El trabajo docente es sabido que excede ampliamente a la presencia en el aula, requiriendo la previa preparación de las clases, correcciones, etc. En el caso de los docentes de secundaria, deben “juntar horas” recorriendo varias escuelas y teniendo cientos de alumnos a su cargo. La docente Alejandra Berlanga replicó en mdzol.com la crítica de la presidenta sobre el ausentismo, refiriéndose a las “condiciones que hacen que los docentes manifiesten frecuentemente enfermedades física o psicológicas. El ausentismo tiene que ver con condiciones de trabajo muy complicadas, muchas veces en poblaciones urbano-marginales”.


Stella Maldonado, de CTERA (en la CTA oficialista) pedía hace dos años que “la inversión educativa debe llegar al 8 % del PBI en 2015”. La UDA (en la CGT) anunciaba también por entonces un proyecto de ley para “subir el presupuesto del 6% al 8,5% del PBI con plazo hasta 2015”, proyectos que sin embargo no pasaron de su anuncio. Sectores docentes como Tribuna Docente plantean un aumento del 30% en todas las categorías y un básico de $4000 en estas paritarias. Cristina planteó este jueves 1/3, en relación a la educación, que “vamos a tener que rediscutir muchas cosas”. Hemos visto que ha disminuido el gasto educativo. De los docentes depende cómo sigue esta historia.


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