jueves, 8 de marzo de 2012

Entre los días de clases y la TV

Andres Sarlengo (CONTRAPUNTOS, especial para ARGENPRESS.info)

“Sileoni pide para los chicos más horas de clases y menos TV (1)”, tituló el diario La Capital en una de sus noticias el pasado 14 de febrero de 2012.


Para Alberto Sileoni investigaciones realizadas por el Ministerio de Educación de la Nación “muestran que los niños miran mil horas de TV al año”; y si un alumno asistiera a clases todos los días “cumpliría 720 horas anuales en la escuela (1)”.


180 días de clases y 1000 horas anuales de TV; basta sumarle el tiempo de uso de las PC, las netbooks y los celulares y así se conforma la subjetividad de los niños de hoy.


Aunque Noam Chomsky se refiera a las personas adultas bien vale pensar en sus palabras y el entorno que rodea a pibes y jóvenes: “El ideal es que cada individuo sea un receptor aislado de propaganda, solo frente al TV, desvalido ante dos fuerzas externas y hostiles: el gobierno y el sector privado, con su derecho sagrado a decidir el carácter básico de la vida social. La segunda de estas fuerzas debe estar, además, velada: sus derechos y su poder no sólo han de ser indiscutibles sino invisibles, parte del orden natural de las cosas (2)”.


Un adolescente o niño tiene actualmente dos “condicionantes” que lo “educan”: la escuela hecha galpón y la TV que mira por ellos a la distancia. Políticamente, gobierno y empresarios definen el proceso educativo. “Subjetividad pedagógica y subjetividad mediática”, afirmaría Ignacio Lewkowicz. “Hay que pensar como subjetivarse en el mercado, en un medio saturado”, sostiene el historiador y autor de Pensar sin Estado.


Entre los galpones, la TV, la publicidad y las nuevas tecnologías los chicos y chicas (no todos) aprenden algo en sus vidas; los otros -muchos- perviven entre las migajas de los planes sociales, los narcóticos homicidas y las cárceles que vendrán.


Sileoni se olvida de decir- me parece- que las escuelas y la TV contemporáneas nada tienen que ver con una democracia que cuestione la pedagogìa del dinero concentrado.


Lewkowicz es terminante: “El chico respecto de la tele es un mero “actualizador”, a menos que se interponga entre la pura imagen y él algún dispositivo que le permita “programar”, producir, dominar, manejar esa información (3)”.


Asimismo, cabe interrogarse qué pretenderá Sileoni con más horas de clases y menos de TV… Calidad educativa y mejores aprendizajes, sugieren desde la arenga oficial.


Con todo, veamos que en Santa Fe, aunque el discurso gubernamental es similar al de los K, los hechos demuestran lo contrario. La reciente reforma curricular del nivel medio en la provincia administrada por socialistas es para Marianela Scoco “inconsistente, lo que hace es fragmentar la educación” porque “saca materias de algunos años, por ejemplo: Historia no va a estar en primer año y Geografía no va a estar en segundo año. Esto afecta al conocimiento de los chicos porque necesitan que la información sea consecutiva (4)”.


Más horas de clases y menos TV; pero paradójicamente también menos espacios pedagógicos para conocer y reflexionar sobre el pasado…


Sonia Tessa en su artículo “En la historia faltan mujeres” señala: “Con la misma desesperación ante el problema que plantea el inminente comienzo de clases con la reforma curricular vigente, Beatriz Argiroffo trae ejemplos desde su propia práctica en el aula. Para trabajar el concepto mestizaje, cuando tenía tiempo para desarrollarlo, reflejaba el trabajo de José Olavarría sobre violación sexual. “La violación tiene una función de disciplinamiento que se ha utilizado en algunos momentos de la historia, en algunas coyunturas, como un arma de guerra”, dice la docente, preocupada porque esa mirada tenderá a desaparecer. “No se pueden homogeneizar procesos sociales porque aprender historia consiste en desentrañar la complejidad de esos procesos. Para eso, es imprescindible tomar la perspectiva de género. Esto de la violación como limpieza étnica hay que pensarla por ejemplo cuando hablamos del proceso de mestizaje en Argentina”, dice la profesora (…) “Los españoles se sintieron dueños de todo, también de las mujeres aborígenes y de las esclavas” (…) “En cuatro horas semanales tenés que hablar de toda la historia en esta profundidad y con este nivel de reflexión. Eso no existe, es imposible. Estos temas requieren de tiempo, porque son cosas que no están en el acervo cultural de lo cotidiano. Hay que hacer un esfuerzo por llevar estas reflexiones a los chicos”, afirma (5)”.


En definitiva, si la TV promueve la deshistorización como sentencia Frei Betto (6)… aquí estamos frente a un nuevo paradigma: socialistas y progresistas que apuestan a la permanente “actualización” de los individuos (¿ciudadanos? ¿trabajadores? ¿personas?) aislados y desmemoriados.


¿Menos TV es más y mejor educación?


Todo suena a propaganda…


La Unesco y el NOMIC (Nuevo Orden de la Información y la Comunicación) en los 70. La Unesco, los Objetivos del Milenio y las Metas Educativas 2021. De la Operación Claridad a Conectar Igualdad: las mentiras oficiales siempre escondieron y ocultaran los crímenes de los adinerados.


Socialistas sin Historia ya es el colmo…


Notas:
1) Sileoni pide para los chicos más horas de clases. La Capital. 14-02-2012
2) Política y cultura a finales del siglo XX. Ariel. 1994.
3) Pedagogía del aburrido. Ignacio Lewkowicz. Cristina Corea. Paidós Educador. Reimpresión 2004.
4) “La reforma curricular llegó y nadie piensa dar marcha atrás”. Notife.com. 14-02-2012
5) Rosario 12. 26-02-20126) “Nuestra generación es la última generación literaria. Porque la literatura es narrativa, y la narrativa tiene comienzo, medio y fin; imprime en las personas un cierto sentido de historicidad. El libro induce a la historicidad, la TV promueve la circularidad. Destruye la idea de pasado, presente y futuro; comienzo, medio y fin”. Frei Betto en “Los nuevos paradigmas de la educación popular” del libro “Educación Popular. Experiencias y desafíos”. Ediciones Barbarroja-Madres de Plaza de Mayo- Revista América Libre. Julio 2001. 






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