martes, 18 de octubre de 2011

Fantasmas del conurbano

En algunos momentos el miedo se apodera de nuestros espíritus, la bronca se hace sentir provocando impotencia frente al enemigo. Así surge la resignación y el odio sembrado por aquellos “fantasmas del conurbano”.

Muchísimos no los perciben, algunos si, pero callan murmurando en silencio, pocos se satisfacen con bociferar las injusticias a los cuatro vientos, poquísimos nos ponemos a pensar y actuar en base a lo experimentado.

La sangre con fuerza sube a nuestro cerebro, produciendo un estado de pánico, una mezcla de sensaciones, de nervios y algún grado de locura. Luego se produce una certeza, de la cual florece un estado de plenitud, una etapa en la cual se reconstruye nuestra cordura, echando luz a nuestro razonamiento.

La represión ha cedido para dar paso a la conciencia, la cual se entremezcla con una pizca de lástima y tristeza, pero profunda coherencia, propia de cuando uno derriba una ilusión, una opresión del pensamiento.


Leguizamo Graña Sebastián


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